lunes, 17 de octubre de 2011

17 de octubre. PROGRAMAR EL GPS

Y ¡de nuevo en salamanca! esta vez me he venido en coche y así gano varias horas. He tenido un viaje extraordinario, sin apenas tráfico y con un día espectacular que embellecía, aún más, las tierras y los paisajes que he cruzado.
Siempre que me veo así, solo al volante, con la carretera por delante, me asalta una idea de tremenda libertad, una tentación de continuar conduciendo indefinidamente, a dónde el camino me lleve. Me ocurre lo mismo cuando voy a los aeropuertos y veo anunciados en el panel los vuelos a multitud de lugares lejanos y exóticos, también ahí me asalta el mismo impulso de perderme, la fascinación ante la infinidad de posibilidades y destinos.
Se me ocurre que sería bonito que eso no me sucediera únicamente en esos momentos puntuales, sino que ésa fuese la actitud con la que contemplara la vida, cada nueva mañana, al despertar: sintiendo la grandeza de la propia libertad, sabiendo valorar y aprovechar todas las oportunidades que la vida y Dios me ofrecen...
Pero el camino del creyente no puede ser solo así, me temo, un vagar de un sitio a otro sin rumbo; una sucesión de experiencias inconexas que, simplemente, se apilan unas junto a otras... nuestro "viaje de fe" tiene un sentido, no sabemos qué medios de transporte tendremos al alcance, ni los tiempos, ni las etapas o los compañeros de la aventura... pero sí que sabemos cuál es nuestro destino: la Verdad, la plenitud, la santidad... ¡Jesucristo!




Querámoslo o no, todos estamos ya en marcha en este viaje de la vida... si no queremos perdernos, para no llegar a ninguna parte, para aprovechar la travesía, lo mejor es marcar con decisión -en el GPS de nuestro corazón- la dirección que deseamos alcanzar. Eso sí, también es importante marcar en ese GPS la opción de "camino estrecho".

1 comentario:

  1. Gracias por tu compartir diario. Parece que hay momentos en los que aunque son situaciones muy diversas las que podemos vivir pero coincidimos en el sentir. Me ha gustado lo que expresas de la libertad, a mi también me llena ver que sigue habiendo camino por delante aunque nunca se sabe los desvíos que podemos encontrarnos por arreglos en el trazado y cosistencia del firme. A veces el GPS se nos queda sin batería o no contempla las obras de última hora porque no lo hemos actualizado. Deseo de corazón que sigamos teniendo la brújula interna que nos hace caminar sin dudar de nuestro rumbo. Cristina

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