miércoles, 31 de agosto de 2011

31 de agosto. ¡¡ ......!!




Igual que los niños cuando van de viaje, en nuestro camino de fe solemos centrar la atención en que nos  “falta mucho” para alcanzar la plenitud del Evangelio.

Indudablemente, es imprescindible que no perdamos de vista la meta; que seamos conscientes de las limitaciones y los errores para poder corregirnos y avanzar; pero es igualmente importante que también seamos capaces de volver la vista atrás y que valoremos cada paso que hemos conseguido dar con firmeza; cada obra de amor que hayamos regalado; los gestos generosos, los esfuerzos por la justicia y la dignidad realizados, las cadenas que hemos roto, los males que hemos sanado; las tentaciones vencidas, las caídas de las que nos hemos levantado… las maravillas que Dios ha hecho hasta ahora en nosotros.

Es necesaria esa mirada optimista a nuestro recorrido de fe, en primer lugar para poderlo agradecer al Padre que es el que lo hace todo; también para saber que vamos por buen camino y poder continuar con alegría y nueva esperanza.



Todos, desde los primeros discípulos, traicionamos el amor continuamente, pero no podemos caminar tras Jesús con el sentimiento de que somos malos cristianos… su Gracia y su Amor  son más grandes que todas nuestras miserias juntas.



No acostumbramos a pararnos a saborear el privilegio que es hacer recibido el don de la fe;  haber aprendido a reconocer al Amor absoluto; ser elegidos y enviados por todo un Dios que sostiene y orienta nuestros pasos. Mientras no nos rindamos, mientras sigamos luchando, en búsqueda  sincera, ¡lo estaremos haciendo bien!



Nuestro proceso de fe no puede estar presidido por la propia debilidad, sino por la alegre admiración que brota de nuestra dignidad de hijos e hijas de un Dios que nos ha asombrado y que aún nos maravillará mucho más mañana.

30 de agosto. ENTREVISTA

Acabo de recibir un correo que un nuevo amigo me ha enviado. Me ha gustado tanto que me he quedado sin palabras... así que hoy sencillamente quisiera compartir esta historia, espero que os guste!

El sueño dorado de todo periodista es hacer una importante entrevista a algún personaje famoso. Es una especie de preciada meta en su carrera. Es lo máximo.
Pues esta es la historia imaginaria de una entrevista a un importantísimo personaje que todos quisiéramos poder llevar a cabo algún afortunado día de nuestra vida. Y al decir “imaginaria” es importante enfatizar que muchas veces la imaginación es más verídica que la realidad.
Y ahora pasemos a atestiguar la más impactante y reveladora entrevista que pueda ser concebida por mente humana alguna... Una Entrevista con Dios, un tema que a todos nos vendría bien analizar a fondo.



Con mi flamante título de Periodista recién obtenido pedí realizar una gran entrevista y mi deseo fue concedido. ¡Se me permitió una reunión con Dios! Cómo la conseguí no me lo explico ni me lo pregunten, pero pienso que cualquiera lo puede lograr si tan sólo lo desea fervientemente y se lo propone...



—Buenos días... ¿se puede?

—Pasa—me dijo amigablemente Dios. –No es necesario tocar, aquí siempre está abierto y yo estoy disponible. Toma asiento. ¿De manera que quieres entrevistarme?

—Bueno—le contesté—si tiene tiempo... Dios, con una mirada tierna y radiante, sonrió dulcemente y me dijo:

-Mi tiempo se llama Eternidad y alcanza para todo. ¿Qué preguntas quieres hacerme? Un poco turbado empecé: “Muchas gracias. Pues ninguna pregunta nueva ni difícil para usted, supongo.” Y dije... ¿Qué es lo que más le sorprende de los hombres?”



Me miró a los ojos y resueltamente respondió:

“Mmm... que por pensar ansiosamente en el futuro descuidan su hora actual, con lo cual no viven el presente ni el futuro.” Y continuó:

“Que se aburren de ser niños apurados por crecer, y luego suspiran por volver a ser niños.”

“Que primero pierden la salud para tener dinero y enseguida pierden el dinero para recuperar la salud.”

“Que viven como si no fueran a morirse y se mueren como si no hubieran vivido.”

Después de un rato le dije: -¿Me permite hacerle otra pregunta?

No me respondió con palabras, sólo asintió con una sonrisa y su tierna mirada. Y así le dije....

Como buen padre, ¿qué es lo que le pediría a sus hijos?

Mi interlocutor emitió un profundo suspiro y lentamente contestó:

“Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame; lo que pueden hacer es amar y dejarse amar.”

“Que sepan que deben controlar sus actitudes... o sus actitudes los controlarán a ellos.”

“Que se den cuenta que lleva años construir una confianza y sólo segundos destruirla.”

“Que lo más valioso no es lo que tienen en su vida, sino a quien tienen en su vida. Y sobre todo... que tienen vida”

“Que acepten que no es bueno compararse con los demás, pues siempre habrá alguien mejor o peor que ellos.”

“Que rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita.”

“Que se den cuenta que el perdonar se aprende practicando.”

“Que bastan unos pocos segundos para inferir heridas profundas en las personas que amamos, pero que pueden tardar muchos años en ser sanadas.”

“Que la verdadera sabiduría consiste en pensar siempre en los demás antes que en nosotros mismos”

“Que a veces cuando están molestos tienen derecho a estarlo, pero eso no les da derecho a molestar a los que están a su alrededor.”

“Que se convenzan que son dueños de lo que callan y esclavos de lo que dicen.”

“Que aprendan que la verdadera felicidad no es lograr sus metas, sino aprender a ser felices con lo que tienen.”

“Que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente.”

“Que sin importar las consecuencias, aquellos que son honestos consigo mismos y con los demás, siempre llegan lejos en la vida y logran un satisfactorio y perdurable bienestar personal.” “¡No deben olvidarlo!”

“Que a pesar de que la palabra AMOR tiene muchos significados distintos, pierde su valor cuando es usada en exceso.”

“Que reconozcan que amar y querer no son sinónimos, sino antónimos. El querer lo exige todo, el amar lo entrega todo.”

Se produjo un breve silencio y luego agregó:

“Y pensar que mis deseos no eran esos...”

Tenía los ojos húmedos y la voz entrecortada. Dejó de hablar. Sus manos tomaron las mías y seguimos así en silencio. Yo me sentí profundamente emocionado y bajé la cabeza.

Luego suspiró profundamente y continuó:

“Que aprendan que la distancia más lejana a que puedan estar de Mi es la distancia de una simple oración.” “Yo siempre estaré ahí para escucharlos”. “Y que para orar no es necesario hablar, basta con levantar con devoción la mirada al cielo, sonreír... y pensar en mí.”

—Bien, ¿tienes algo más que preguntarme?—me preguntó Dios.




—Señor: ante Su infinita sabiduría no me queda más que permanecer en silencio y meditar acerca de Sus respuestas—respondí.



Luego, en un corto encuentro espiritual mano sobre mano, continuamos sentados en silencio. Le di las gracias al buen Dios y me levanté.

“Hijo mío: ve y difunde este mensaje y da a conocer estas verdades a tus lectores.” Empecé a caminar hacia la puerta, pero en ese momento me detuvo.

“Te lo prometo Señor, así lo haré” respondí emocionado y con la voz entrecortada. Y ya ven, cumplo mi promesa. Ya han leído lo que Él desea. Ahora procuren cumplir ustedes.



Continué caminando lentamente en medio de un mar de reflexiones. ¡Qué gran tipo es Dios! —me dije— Todo bondad, dulzura, comprensión, amor, como un buen padre y pastor. O como dicen mis nietos: “Qué buen rollo ”



Nos despedimos finalmente con un abrazo y me dio un último adiós y su bendición desde el gran portón. Fue en ese momento cuando de pronto, en un espontáneo impulso, le pedí:

—Señor, ¿podrías bendecir también a todas las personas que están en sus hogares leyendo esta entrevista en este momento?

Ante mi petición el Señor sonrió dulcemente, levantó su mano y dijo:

Que así sea

Y así terminó la entrevista.  Meditando acerca de este encuentro ahora me pregunto: ¿Cómo es posible que todavía haya gente que no se dé cuenta de Su presencia?

El sol empezaba a ocultarse en el horizonte. Soplaba una fresca brisa proveniente del mar que me llenó los pulmones de oxígeno y me ensanchó el pecho de emoción. Mi mente continuó divagando así por mucho tiempo en el vacío, y no pude evitar hacerme esta última pregunta: ¿Vendrá algún día en que lo escuchemos, comprendamos sus palabras y aprendamos de Él? Que cada cual reflexione y medite su respuesta.


lunes, 29 de agosto de 2011

29 de agosto. TONTERÍAS, LAS JUSTAS

Es increíble la cantidad de testimonios de fe que uno recibe cuando está en la parroquia…

He conocido a mujeres que eran María de Nazaret al pie de la cruz y que tiempo después eran  Magdalenas que, en el sepulcro  experimentaban la resurrección…




He hablado personalmente con muchos Pedros que, aunque deseaban ardientemente seguir al Maestro, no dejaban de equivocarse y negarlo continuamente; he visto sus lágrimas cuando cantaba el gallo y también he sido testigo de cómo eran piedras sobre los que se edifica una Iglesia invencible.

Mis ojos han contemplado como muchos hijos pródigos se alejaban creyendo que lo podían todo solos y también miraban los caminos de vuelta, hacia el abrazo incondicional del Padre.

Muchos bautistas me han señalado a Jesucristo en medio de la humanidad; Lazaros, que estaban totalmente acabados, han sido desatados y han caminado hacia la vida plena frente a mi cara atónita; he crecido junto a montones de mártires cotidianos que se han dejado de lado  la comodidad y sus seguridades, la vida entera por Jesucristo.

Mi vida está llena de granos amontonados que se dispersan para dar vida, de granos de mostaza que han crecido en el amor hasta donde nadie podía imaginar; granitos de sal andantes y luces vivas que orientan hacia donde está el verdadero sabor de lo humano…

Vivo rodeado de jóvenes pescadores que un buen día caen en la cuenta de que la vida tiene que ser “algo más” y, de repente, lo dejan todo para seguir esa voz que les invita a trascenderse, para ser pescadores de humanidad…

El Evangelio no es un cuento, es realidad y está vivo en cada uno de nosotros, en todos los que, a pesar de las limitaciones de cada uno, intenta y desea vivirlo con sinceridad en cada circunstancia de la vida.

28 de agosto. ¡MMMMMMM!

Cuando uno se levanta por la mañana no sabe lo que le va a pasar a lo largo del día, mis horas hoy han estado plagadas de sorpresas.
En primer lugar, he recibido la visita de un fraile –ya mayor- que está realizando un trabajo admirable al otro lado del charco. Cuando entré en la Orden, este hermano tuvo que aguantar muchas de mis rebeldías y pataletas de juventud, y siempre lo hizo con una sonrisa serena en el rostro.

Ahora está desarrollando su vocación en un lugar lleno de limitaciones, materiales y espirituales; tras muchos años allí, no ha perdido esa expresión alegre en sus labios ni el chisporroteo de sus ojos.

Poco después, otra sorpresa, esta menos agradable: un matrimonio, que conocí hace bastantes años, entraba en la Iglesia para celebrar la eucaristía. No sabían que yo me había ordenado ni que estaba asignado aquí. El marido, aunque no es muy mayor, padece una terrible enfermedad neurodegenerativa y poco queda en él de aquél hombre atrevido que apostó fuerte por la fe y que, para mí fue todo un testimonio.

Su esposa me contaba que, tras el sufrimiento inicial, ahora sentía con fuerza la presencia y el apoyo del Padre y lo estaba viviendo todo con mucha paz… ella también tenía en sus labios la misma sonrisa calmada y profunda.

Un sencillo gesto facial nada más, pero que está cargado de un contenido infinito… unas sonrisas que tengo grabadas en el corazón.

Muchas cosas nos podemos preguntar ante eso; ¿cómo pueden seguir sonriendo? O, si lo pensamos bien… ¿cómo podemos los creyentes dejar de sonreír?

No hablo de una mueca superficial o a la ligera, sino de la plenitud del corazón que, necesariamente, se nos tiene que reflejar en el rostro. ¿Con qué otra cara podemos anunciar a la humanidad la infinitamente buena noticia de Jesucristo?




Muchas veces, cuando voy caminando de un sitio a otro, cuando me sumerjo en mis pensamientos o me dejo llevar por las preocupaciones, me sorprendo a mí mismo con el semblante enfurruñado y, al darme cuenta, enseguida cambio esa expresión por una sonrisa… después de hoy, espero que ese gesto sea el que acompañe mis pasos con mucha más intensidad… la sonrisa de mi Dios.

domingo, 28 de agosto de 2011

27 de agosto. Y ¿POR QUÉ?

Ni yo mismo me creo lo mucho que me gusta estar con los niños, charlar con ellos, escucharlos, reírme con sus ocurrencias… me resulta muy sencillo comprender el porqué de la recomendación del Señor, lo de tratar de ser como ellos.
 Hoy en particular he disfrutado como un mono con dos hermanillos, primos míos. Dos niños muy bien educados que, además muestran una sensibilidad especial por la fe. Hay una cosa en particular que, siempre que estoy con ellos, me llega especialmente al corazón: la curiosidad.

 Hemos de ser como críos por la confianza que muestran, por la inocencia, por su frescura y falta de prejuicios, pero también por su curiosidad, que no se nos olvide. Mi primillo no deja de preguntar, de interrogarme por mil cosas: de mi vida, de la fe, de la historia, de Dios… y para mí es un placer indescriptible contarle y compartir con él lo vivido y aprendido.

 Los mayores podemos cometer el error de adormecernos en ese sentido; puede que sea porque creemos que ya lo sabemos todo, que estamos curados de espanto, o porque nos parezca que está feo reconocer ante los otros que hay cosas que desconocemos.






































 Siendo curiosos; con nosotros mismos, con el mundo, con Dios; ante las alegrías y el sinsentido del dolor... así es como aprendemos y crecemos, más aún es la forma de mantenernos vivos porque la muerte es creer que ya está todo descubierto y entendido.

 Preguntar, preguntarnos, generar preguntas a nuestro alrededor… un pilar fundamental de nuestra vida de fe. Quizás deberíamos preguntar a los críos cómo se hace y dejar que ¡ellos nos enseñen!

viernes, 26 de agosto de 2011

26 de agosto. NO TEMAS

Estos días están siendo muy tranquilitos, la mayor parte de la gente está fuera aunque ya se nota que están empezando a volver de las vacaciones.

Hoy he dedicado casi toda la jornada a la contemplación, es uno de nuestros pilares…”contemplad y dad lo contemplado”… he estado leyendo algunos artículos muy interesantes, he hecho un rato más largo de oración, he salido a dar un paseíto yo solo…he querido dedicarle casi todo el tiempo a eso, me he esforzado por tratar de verlo todo desde los ojos de Dios.

Pero contemplar no sólo es eso, no consiste únicamente en encerrarte en un cuarto con una barita de incienso y música relajante, contemplar es, ante todo, estar atento.  El evangelio nos lo recordaba ayer y también desde la liturgia de hoy, con la parábola de las vírgenes sensatas y las necias…

Estar atento al paso de Dios por nuestra vida, a saber reconocerlo en el sufrimiento y la alegría de los otros, en lo que ocurre en el mundo y en la propia vida; a atrevernos a acogerlo y a dejar que nos incomode…

Porque es un arma poderosa esto de la contemplación, pero también tiene su peligro… hoy me han brotado en la cabeza y en el alma montones de cosas en las que debería crecer, contextos en los que tendría que comprometerme más, posibilidades a desarrollar…pero el tiempo no me da para mucho más, así que también te das cuenta de los espacios de los que, a lo mejor, ya hay que marchar; de los trabajos en los que ya has cumplido con tu misión y ya hay que dejar en manos del Padre, ¡aunque duela!




Supongo que es así como uno va avanzando en su camino de fe, creciendo en el amor y la intimidad con Dios y el ser humano, profundizando en la serena felicidad del Evangelio.

Seguramente es por eso por lo que no rezamos más, le pedimos y le pedimos de todo a nuestro Dios, pero orar es escuchar también lo que Él nos pide, aceptar el desafío que nos propone… y tenemos miedo a que eso nos arranque todas esas cadenas, pesadas pero mentira,  que nos hacen creer que estamos seguros aquí abajo y a las que nos empeñamos en aferrarnos desesperadamente.

Acabo de encontrar esta canción que refleja exactamente  lo que esta noche quisiera compartir. Cristo nos enseña el camino de la plenitud, pero somos nosotros los que nos tenemos que decidir a recorrerlo; ahí está, Él nos lo trae: no tengamos miedo a ser libres y felices, cada día más.

25 de agosto. QUE DE TI SEA MI ALMA SOÑADORA

Hay algunos amigos míos que se pitorrean de mí porque dicen que soy demasiado feliz, a mí me hace gracia pero la verdad es que ¡es así!

Supongo que ni yo mismo me lo termino de creer del todo, la vocación que Dios me ha regalado supera con creces todas mis expectativas, y últimamente no dejo de darle vueltas al asunto.

Es verdad que lo que hago cada día me gusta y me llena, pero también estoy convencido de que cuando esté en otro sitio, haciendo cosas diferentes, seguiré siendo igual de feliz o más.

Supongo que la razón de todo es lo enamorado que estoy, la pasión que siento, el fuerte abrazo que siento en todo momento y lugar: la intimidad con el Señor. Un amor que sé que no acabará, que lejos de consumirse, se hará más grande cada día que pase.

Muchas veces, personas alejadas de Dios o de la Iglesia se interesan por mi vida y las razones de mi opción… generalmente me cuesta responderles porque pienso que es difícil encontrar un vocabulario común con el que explicarme. Esta noche lo veo de otra manera, ahora me parece muy sencillo… posiblemente la mejor contestación, la más sencilla, el mayor testimonio que todos los cristianos deberíamos dar y vivir es sencillamente ese:

¡estoy locamente enamorado y no he podido (ni querido) evitarlo!


jueves, 25 de agosto de 2011

24 de agosto. RECIBIR

He estado cenando con un hermano de comunidad en casa de unos amigos muy queridos; nos han recibido en su humilde morada con todo el cariño del mundo; han pensado en todos los detalles para que estuviésemos a gusto y así ha sido… he sentido que  nos mimaban de verdad y como si estuviese en mi propia casa.
De vuelta al convento vengo pensando que, posiblemente, la hospitalidad y la acogida (que son importantísimas en otras religiones y culturas) es un valor que en nuestras sociedades no deberíamos dejar que se perdiera.

Tengo experiencia de otras visitas en las que lo primero que te dicen es la lista de normas de su casa, lo que se puede o no hacer en cada sitio y hasta si te tienes que quitar los zapatos o no. La verdad es que en esos momentos yo no me siento cómodo, te da la sensación de que eres una molestia; que por estar en casa ajena tienes que convertirte en tu anfitrión y si no te gusta, ¡a la calle! y se me pasa el rato deseando que llegue el momento de marcharte para poder respirar.

 Hoy se habla mucho de la tolerancia o el respeto, pero parece que los entendemos como la aceptación de la diferencia y lo genuino del otro, pero a distancia… “tú puedes ser como quieras, siempre y cuando que a mí no me genere molestias o no me afecte”

La acogida, en cambio, tiene más de volcarse en el bienestar del que llega, de ampararlo, de dárselo todo: el centro ya no soy yo ni mi propia comodidad sino es el “tú”, como ha hecho esta familia que hoy nos había invitado.

El asunto pasa a una dimensión mayor cuando hablamos en cristiano, en María de Nazaret encontramos el mejor ejemplo de lo que quiero decir. Ella recibió la acción del Espíritu de Dios, fue capaz de vaciarse de todo para “acoger” a Dios y dejar que Él fuese el centro de toda su existencia.






































Nosotros también queremos hacer eso, cada día más y mejor; pero es imposible que eso ocurra si, como María, no somos capaces de hacerlo también con el ser humano: acoger, sin condiciones, dejar que los demás nos afecten, nos transformen, nos cambien la vida…


Sólo así, más allá de la comodidad, las normas y los egoísmos, podemos abrirle la puerta, de verdad, a nuestro Dios.

miércoles, 24 de agosto de 2011

23 de agosto. FLOR DE AMÉRICA


Hoy hemos celebrado a santa Rosa de Lima, una figura destacada en un lugar y momento apasionante que me hace recordar a todos mis hermanos de América. El dibujo de hoy está especialmente dedicado a ellos.




En el centro del cuadro tenemos a Rosa de Lima que abre sus manos en señal de ofrecimiento, de ellas brotan una serie de rosas que forman el continente americano.

Con ello se simboliza que la vida de Rosa es un ejemplo que se extiende a toda la humanidad, pero especialmente en su tierra, América Latina... los pueblos y las gentes entre los que ella vivió y a los que ofreció su existencia por Dios.

Alrededor de Rosa, algunos elementos importantes en su vida que, a la vez, simbolizan los pilares de la vida y el carisma dominicanos:

ü  Como base, encontramos la comunidad dominicana de Lima,  tenemos en ella uno de los primeros ejemplos de Familia Dominicana que compartía la misión y la oración y que, junto a Rosa de Lima, nos ofrece otros frutos como los de Martín de Porres o Juan Macías.

ü  A continuación encontramos un libro, símbolo del estudio dominicano y que encontramos tanto en la obra escrita de Rosa como en su propia formación

ü  A la izquierda la cabaña en la que Rosa se entregaba a la oración y la contemplación, a disfrutar de los momentos de intimidad y amor con su Señor.

ü  Por último encontramos un pequeño grupo de personas que representan los campos de predicación y misión a los que Rosa se dedicaba: los niños, los enfermos, los indígenas y los ancianos. Rosa supo encontrar a las gentes más necesitadas de su entorno para ofrecer y  posibilitar la libertad y plenitud del evangelio.



Por último y coronándolo todo, el Espíritu Santo sobre Rosa, en Él encontró la fuerza, la esperanza y el amor que entregó a toda la humanidad. 

martes, 23 de agosto de 2011

22 de agosto. ESTAMOS LOCOS Y SABEMOS LO QUE QUEREMOS


Con el regreso a casa, se han multiplicado las historietillas que he tenido que contar sobre la experiencia inolvidable de Madrid.



Intento ponerle entusiasmo, tratar de describir el ambiente, de comunicar lo compartido en las celebraciones… pero no puedo evitar esa molesta sensación de que me quedo corto, que las palabras o los gestos no son suficientes para transmitir la profundidad y la belleza de lo que he vivido, la intensidad con la que me ha tocado el alma y el corazón.



Esa sensación de impotencia es una vieja conocida, me acompaña desde los primeros años de juventud, cuando volvía de las pascuas juveniles o de los campos de trabajo y no era capaz de llevar a mis amigos la totalidad de lo experimentado; aún peor, es un sentimiento que no deja de hacerse presente cada vez que intento compartir lo que Dios hace en mi vida, la fuerza con la que siento su amor, la felicidad infinita que me regala; lo que soy y por qué lo soy.



No falla, aparece siempre que quiero compartir la razón y el sentido de mi vida y encima no viene solo, le acompañan una vieja resabiada que me dice que mi alegría es inmadura e irreal y un gordo que me hace creer que la vida de los otros es más difícil que la mía.



Pero esos tres visitantes, aunque son insistentes, consiguen poca cosa al lado de lo voraz que es el fuego que siento por dentro, de lo penetrante que son los ojos que me enamoran, de la calidez y suavidad de esas manos que me sostienen.



Transmitir, predicar o no predicar… esa es la cuestión!  Y alguien tan entusiasmado y seducido como yo no tiene alternativa, así que sigue, una y otra vez, intentando proclamar tanta hermosura, tanta misericordia…tantas posibilidades, confiando en que Dios pueda valerse de un brillo en mis ojos o de un latido de mi corazón, para alcanzar la existencia de otros, para borrar una lágrima, para iluminar un camino; para llenar de esperanza, aunque sea a un solo corazón.


lunes, 22 de agosto de 2011

21 de agosto. DICHOSOS SON SOBRE LOS MONTES




Ya de vuelta en casa, agotado, pero muy contento y lleno. Después de todo lo vivido, se me agolpan en la cabeza y en las entrañas las vidas de tantos hermanos con los que he compartido, las experiencias, lo rezado, lo aprendido; las barreras y prejuicios que se han derrumbado; los nuevos detalles que he descubierto en el rostro de la Iglesia y de la Orden… creo que ahora soy más y mejor que cuando partí.



Necesito dar las gracias a tantas personas que, desde hace muchos meses, se han dejado el pellejo , trabajando, para que todos nos sintiésemos acogidos y para que cada momento se pudiese disfrutar con intensidad. Sé que han tenido que hacer mucho sacrificio, que se han llevado más de un disgusto…pero también sé que, todo eso, ha merecido la pena y la alegría. GRACIAS a todos, de corazón.



Pero ya se acabó ¿o no? ¿Qué pasa después de la jornada mundial de la juventud? Pues creo que viene la vida cotidiana mundial de la juventud; llega el momento de ponerlo todo en práctica; tantas cosas y tan buenas, tanto Dios, no pueden caer en saco roto.

Ésta es la hora de que demos un paso más, de que nos comprometamos con el Reino en mayor grado; de que nos arranquemos un pedazo más del alma para entregarla al que lo necesite… es el momento de convertir el entusiasmo en perseverancia; de contar –con la vida entera- eso de lo que somos testigos; de ser fermento, sal  y luz.




En estos instantes cientos de miles de peregrinos estamos llegando a casa o en el camino de vuelta; para muchos de ellos la vida habrá cambiado.

Quiero creer que la humanidad está alegre porque –ahora mismo- la tierra está llena de nuevos mensajeros del amor y la esperanza dispuestos a cumplir con su misión.

domingo, 21 de agosto de 2011

20 de agosto. IRRESISTIBLE
























Otra vez con poco tiempo. La experiencia va llegando a su fin… han sido días extraños, como rara es la sensación de encontrarte rodeado por una masa tan grande de personas con las que te sientes unido, comprendido, cómplice y compañero…días extraños pero muy especiales y necesarios.

Los más jóvenes me decían ayer que todo aquello era un subidón y es verdad, lo es para ellos y también para nosotros los que somos algo más veteranos. Esos momentos de intensidad nos hacen falta, no para demostrar que somos muchos ni que aún tenemos fuerza e influencias sociales, sino para saber que no estamos solos, para abrir la mente y el corazón a la diversidad y universalidad de la Iglesia, para cargarnos de energía unos a otros y dejar que Jesús se haga presente entre todos… para recordar lo locos que estamos todos los que hemos sido seducidos por la locura de nuestro Dios.

Lo que he vivido hoy ha sido distinto a lo de estos días atrás, pero también una fiesta del amor, un homenaje a ese amor de verdad, que puede con todo; que no se agota; que sacia y calma definitivamente todo lo que somos, que es el auténtico sentido de la vida y que, sin ninguna duda EXISTE.

sábado, 20 de agosto de 2011

19 de agosto. EUCARISTÍA OP

Hoy no tengo mucho tiempo para escribir, pero no quiero dejar de compartir una breve reflexión que saboreaba durante las celebraciones de hoy, en particular durante la eucaristía de toda la familia dominicana internacional.

Yo concelebraba junto a un montón de hermanos de todos los continentes y no he podido dejar de sobrecogerme por la hermosura de la consagración o el Padre Nuestro rezado simultáneamente en tantas lenguas distintas.

El ambiente, la fraternidad, la alegría… todo eso de lo que vengo hablando durante las jornadas te ilumina el corazón, te renueva las fuerzas; pero todo eso no sería nada sin la fe que nos une y esta tarde lo he vivido así, con fuerza.

En cualquier celebración o acto de fe es así, pero especialmente en la eucaristía, establecemos el vínculo de la comunión entre nosotros y toda la Iglesia Universal, la de la tierra y la del cielo; siempre lo he sabido y he intentado siempre tenerlo presente; pero hoy lo he tocado, lo he oído, lo he visto, es verdaderamente así.


viernes, 19 de agosto de 2011

18 de agosto. VEN-ID

Hoy ha llegado el Papa y el ánimo de todos esos jóvenes que vienen abarrotando los metros, calles y plazas de la capital se ha disparado….mi asombro no deja de aumentar con lo que veo y vivo: todo un espectáculo de alegría y VIDA.

Lejos de lo que podía pensar antes de venir, la inmensa marea internacional que nos inunda no está compuesta por jóvenes raritos o sospechosos de pertenecer a ningún fundamentalismo; todo lo contrario, gente joven normal y corriente, como cualquier otro pero, a la vez, excepcional… genuinos en la valentía con la que callan ante las provocaciones esporádicas que estamos recibiendo; en sus convicciones, en sus valores, en la fe que les llena de entusiasmo.

Jóvenes de verdad, tantos que parece que ya no cabemos en ningún sitio… casi imposible conseguir comida en ningún establecimiento en menos de una hora  (y eso que es para llevar, porque comer dentro ni se plantea); estaciones de metro colapsadas, en las que no se puede uno ni bajar del vagón porque el andén está repleto de personas que esperan a poder salir fuera; calles en las que he tenido que esperar a que el semáforo se pusiera en verde por segunda vez porque en la primera no he podido ni bajar de la acera… en fin tremendo, desbordado…. Y todo, siempre en medio de la alegría, el buen humor y los cánticos constantes.

Después de los actos de estos días, junto a la familia Dominicana, en los que me he sentido orgulloso de nuestro carisma y vocación, hoy hemos ampliado horizontes y todas las familias religiosas se han unido para celebrar y compartir juntos la fe común.
Acabo de llegar de la fiesta de la vida consagrada que organizaba CONFER. El palacio de los deportes de Madrid estaba a reventar. El comienzo ha sido espectacular, 14.000 jóvenes han hecho que el edificio vibrara al son de la música y las palmas.

El acto ha supuesto un paso más en las sensaciones y las reflexiones de estos días. Una vez que está uno bien afianzado en su propio carisma, hay que abrir los horizontes para descubrir que somos sólo una parte del total de la Iglesia, incluso una porción que puede pasar completamente desapercibida; que somos una parte del cuerpo, importante y fundamentalmente necesaria, pero que compartimos la identidad con el resto del organismo, que lo necesitamos y lo disfrutamos todo juntos.




Es el equilibrio en el que tenemos que intentar vivir nuestro proceso personal de fe, el sabernos indispensables (lo que dejemos de hacer o aportar al reino no lo hará nadie por nosotros, los sueños que Dios nos ofrece sólo nosotros podemos hacerlos realidad) pero a la vez, reconocernos pequeños, necesitados, “siervos inútiles” ante la grandeza del Padre y Madre de todos y de la oferta que pone ante nosotros. ( no somos nada, ni nada podemos sin los hermanos, sin acogernos a la incondicional presencia del Señor)

jueves, 18 de agosto de 2011

17 de agosto. ¡¡¡GUAUUU!!!!

Otro día de fiesta en la fe. Hoy, he estado otra vez en el mosaico-forum de la familia dominicana pero, si ayer casi todos éramos hispano-parlantes, en esta ocasión el público era mucho más diverso y hemos intentado comunicarnos en inglés. La sensación de universalidad ha sido mucho más grande, claro.

De nuevo, éste es el dibujo que he realizado y su significado es, más o menos, el mismo que ayer.

 





















 
Después la “fiesta OP”: yo no sé cuantos jóvenes dominicos nos habremos juntado ni cuántos países estaban representados, pero ha sido espectacular ver a esa familia bailando y compartiendo identidad al ritmo de música disco.
Yo no he podido bailar porque no he parado de charlar con gente, hermanos conocidos con los que te reencuentras después de viejas experiencias, nuevos rostros que toman forma en tu vida, dominicos y dominicas que conocía por Internet y que ahora son reales… ¡una gozada!

Aunque algunos hemos sufrido las hostilidades y los coletazos de la manifestación anti-JMJ de hoy (a mí me han insultado desde un coche) y siento pena de quienes pretender denunciar nuestras posibles intolerancias con una intolerancia aún mayor, o del señor que han detenido porque pretendía un atentado (este debe estar muy enfermo del tarro, el pobre) debo reconocer  que no me ha afectado demasiado, al lado de la intensidad de estas jornadas, la alegría profunda y la inmensa riqueza de la internacionalidad que me están suponiendo y que hoy  no ha dejado de crecer.

Y hablando de universalidad, esta noche estoy pensando en que ésta tiene un montón de significados en los que, habitualmente, nos cuesta pensar.
Hoy, en el metro, he entablado una conversación muy interesante con un grupo de australianos. Me preguntaban, muy sorprendidos y extrañados, por la polémica que está envolviendo este encuentro en España.

Charlando con ellos, te das cuenta de que (aunque sea inconscientemente) tenemos tendencia a creer que las situaciones que, como Iglesia, vivimos aquí son las que también afrontan los hermanos de todo el mundo y seguramente no es así… puede que en cada lugar exista una relación diferente con la jerarquía, entre los distintos sectores e instituciones de la Iglesia op entre la comunidad de creyentes y la sociedad; quizás en todas partes los creyentes no estén tan polarizados como estamos aquí y, desde luego, los contextos y las respuestas que deben buscar son radicalmente otros.

Es otro de los recuerdos o llamadas de atención que esta experiencia me está suponiendo: el compartir con tantos y tan diversos hermanos me invita  abrir la mente, a no ser “provinciano” y creer que la Iglesia se agota en mi barrio o en mi país, a tratar de construir y aportar alternativas que colaboren a resolver los obstáculos que tenemos aquí pero sin perder el horizonte, sin que esas condiciones nos aíslen del resto de nuestros hermanos.

miércoles, 17 de agosto de 2011

16 de agosto. En FAMILIA

Si ayer aluciné con el ambiente que estamos creando y respirando en Madrid, hoy ya me he quedado desbordado por completo. Mareas de colores (cada grupo, cada país va equipado con un color propio y con sus banderas) que rebosan por los vagones del metro, en todos los establecimientos de restauración, en las Iglesias.

No nos conocemos, pero entablamos conversaciones de forma natural, sabiendo que estamos entre hermanos. Es muy grande la experiencia
, casi diría que única.
Yo creía que estaba ya “ducho” en este tipo de historias pero no es así, estoy viviendo estos días con una emoción que ya no me molesto en contener.

Hoy, como haré también mañana he participado en el mosaico forum que ha organizado la familia dominicana. Mi función era dibujar en directo mientras mis jóvenes hermanos y hermanas compartían lo que viven y son.
 Este es el dibujo que he hecho hoy: no está muy currado porque hemos tenido un problema técnico y he tenido que hacerlo en quince minutos, pero intenta recoger y resumir todo lo compartido junto con ellos.
En la parte superior izquierda encontramos personas normales, personas que caminan por la vida con sus sueños, sus esperanzas sus proyectos, (esas estrellas que les rodean)…personas normales como tú y como yo.




De repente, un buen día, hay algo que te cambia la vida, que te transforma, que te seduce y te llega al corazón, puede ser una experiencia fuerte u otra persona, desde su felicidad o en medio de su sufrimiento, que te pone frente al desafío de Dios. De repente descubres lo que da sentido a tu vida, lo que te hace vibrar… y te entregas por completo a ese amor que te arrastra.

Eso te lleva inevitablemente a los hermanos, a la comunidad, a la familia. Te lleva a crear vida, a la fertilidad, a generar esperanza y transformar el mundo, a abrir los oídos y el corazón a  quienes están solos, necesitan ayuda, están perdidos, a los pequeños… te abre a la compasión y todo ello en medio de un torbellino de luces, las del Espíritu; las que están presentes en la Iglesia, en la Orden, en nosotros mismos; pero también de espinas, espinas oscuras que son las debilidades que también tenemos, como humanos que somos.

Ese entregarse al hermano, ese generar vida no se hace sólo desde el mero sentimiento sino desde la reflexión, desde el sumergirse en la Palabra, desde el intentar comprender por qué el mundo está como está, comprender al ser humano, a nosotros mismos desde la oración, desde el estudio, preguntándonos por los problemas de nuestro alrededor, sorprendiéndonos con las maravillas que nos rodean.

Así vives el Evangelio de Jesús al estilo de Domingo de Guzmán y ese corazón que un día se enamoró, que un día comenzó a dejarse transformar, se convierte ahora en el arco con el que Dios  dispara sus dardos de amor a los hermanos, a las personas que nos rodean con ello  ¡el ciclo se completa! Volvemos al principio: a que otra persona normal se enamore y así es como, poco a poco hacemos que el mundo entero arda en la luz y el calor, en el fuego de la Palabra.

Mañana, volvemos a hacerlo, esta vez medio en Inglés y Español, con personas y testimonios diferentes. De nuevo se retransmitirá on line, si a alguien le interesa os esperamos en este enlace:
http://www.livestream.com/mosaicoforum