sábado, 16 de junio de 2012

16 de junio. EL MÁS ALLÁ


El otro día, en una oración con el MJD utilizábamos un texto que nos hablaba de que el Evangelio es ir siempre “más allá”.

Me gustó mucho la idea, me recordaba a otra con la que se ha presentado a Domingo de Guzmán: hombre de horizontes infinitos.

Ser hombres y mujeres de Evangelio implica siempre eso, el no conformarse con lo que está establecido, con lo que parece lo normal.

Mucha gente piensa que es de tontos  aquello de la otra mejilla, de perdonar setenta veces siete, de orar por los que nos maldicen, de ser mansos en un mundo de lobos… a todas luces, puede parecer una necedad esto de ir siempre “más allá” en el amor, pero… en realidad, es lo más inteligente que podemos hacer; porque en ese superar lo convenido, el orgullo, las falsas inocencias… está nuestra verdad: la de seres que tampoco somos perfectos, que también se equivocan y que –ante todo- necesitamos que nos amen a pesar de todo.

En ese romper fronteras, se encuentra la propia capacidad de convertirnos, de crecer, de descubrir lo grandes que podemos llegar a ser.

Definitivamente no es de tontos… es justo lo más humano y lo más elevado a lo que podemos aspirar… lo verdaderamente absurdo es esa supuesta “inteligencia” que dice que nos protege, pero que en realidad, nos mantiene anclados en un sucedáneo de vida que no sabe a nada….

viernes, 15 de junio de 2012

15 de junio. PODER


Llevo tres días prácticamente viviendo en un teclado , le he dado un buen empujoncillo al trabajo de la tesis, pero cada noche acababa tan saturado de palabras que no tenía cuerpo de seguir escribiendo para el blog.

La verdad es que tampoco tenía mucho que contar más que lo que estoy aprendiendo de pintura y predicación.

Pienso en los millones de letras que aún me faltan por concebir y plasmar y me parece un imposible, un inmenso Goliat que se me va a comer vivo, pero a pesar de esa sensación ¡estoy en racha! poco a poco, Dios me va poniendo por delante las pequeñas piedrecitas con las que al final, estoy seguro que podré abatir al gigante: los dedos se me embalan entre las teclas y las páginas van tomando forma a buen ritmo.

Mientras releo las notas que he tomado de una inmensidad de libros la imaginación se me despierta y me parece que me zambullo en las distintas  épocas de la historia que estudio, que contemplo los cuadros de los que hablo, que en la celda de al lado viven los grandes artistas dominicos que protagonizan mi trabajo.

Se me ilumina la vocación y se despiertan nuevas ilusiones y sueños de futuro… tengo que dedicar más tiempo a la pintura, tengo que encontrarlo; aunque no se ni como ni con qué, me gustaría hacerme una web para dar a conocer mis lienzos y dibujos; quiero predicar más y mejor con las formas y los colores, poder transmitir la fuerza y la alegría del Evangelio, la que a mí me quema…

Y puede que ese sea un secreto importante de la fe, el modo de poder confiar y caminar contra toda esperanza; la fórmula que nos permita plantarle cara a los gigantones que nos quieran interrumpir la vida: mirar al otro, a los que estuvieron aquí antes que nosotros; a los que, por todo el mundo, nos muestran que es posible vencer.

Mirarlos, pero no como gente o historias ajenas a nuestra historia, sino como coprotagonistas de nuestra propia existencia, parte de mí, de nuestro camino mismo camino… y, en cada uno de ellos, poder ver a Jesucristo presente con nosotros.


martes, 12 de junio de 2012

12 de junio. REINICIARSE


Es curioso pero, en el momento en que empiezo a “despejar la mesa” de trabajos pendientes, empiezan a aparecer más encarguitos que, de nuevo, ocupan el escritorio.

Esta vida nuestra no se detiene  nunca, cuando uno  piensa que está acabando con algo, que ya tiene resueltos o al menos afrontados todos los asuntos pendientes, aparecen historias nuevas, trabajos inesperados o más asuntos que requieren tu atención…

El raudal de la vida no se agota mientras nosotros permanezcamos atentos, abiertos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Cristo está a la puerta; en la nuestra, y no se cansa de llamar.

Da golpes en nuestra entrada desde las vidas de nuestras familias; hermanos de comunidad; amigos compañeros… nos reclama en cada situación complicada y cada alegría con la que nos encontramos; en la calle, en el periódico… ninguno de nosotros, sea cual sea nuestra edad o circunstancias, puede decir que no oye ese clamor… puede que no le hagamos caso, pero estoy seguro de que todos lo percibimos.

Es más, son tantas las voces desde las que el Señor nos reclama que uno puede llegar a pensar que no sabe por dónde empezar, como cuando tenemos que ordenar muchos trabajos acumulados o uno sólo pero muy grande. 



¿Por dónde comenzar? ¿Cómo hacerlo? ¿sabré? Puf! Lo que voy a tardar y lo que me va a costar!

Esas son las preguntas que me brotan cuando miro mi mesa, toda llena de libros y de encargos; o cuando pienso en esa tesis que aún tengo en pañales…pero también sé que muchas otras veces tuve la misma sensación, que pudieron pasar varios días en los que estuve bloqueado ante la envergadura de lo que se me presentaba… hasta que un buen día lo afronté y arranqué con poca cosa, paso a paso,  hasta que lo que tanto me imponía estuvo hecho y cumplido.

Somos sal y luz de este mundo y Dios necesita de nuestro sabor y claridad. Es sólo cuestión de empezar por algún sitio porque, una vez que arrancamos, la vida se pone en marcha, su dinamismo nos envuelve; una cosa nos lleva a la siguiente y, poco a poco, vamos aprendiendo a ser constructores del nuevo Reino.


11 de junio. V.O.

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A veces ocurre que alguien viene a hablar conmigo y me consulta acerca de algún asunto o un conflicto del que antes ya me había contado la otra parte implicada. En esas ocasiones es alucinante lo diferentes que son las dos narraciones; el modo tan distinto en que cada cual  vive una misma situación.

Es lógico que todos funcionemos con nuestras propias versiones de las cosas, pero yo siempre intento que las personas traten de comprender los sentimientos y circunstancias de la otra parte;  pero lo más habitual es que, una y otra vez, esas personas sigan viniendo con la misma canción; que el tiempo vaya pasando sin que nada cambie, mientras esas gentes permanecen obcecadas en sus actitudes y perspectivas, en su propia versión de la historia.



En el momento en que nos instalamos en esa interpretación propia, los problemas no sólo no se resuelven sino que, por el contrario, se van complicando cada vez más,  engordando como una bola de nieve y acaban encalleciéndose.

Seguro que esto que estoy contando nos resulta muy familiar a todos, pero supongo además que cada uno de nosotros  tiene una versión propia de todo lo que vive y le ocurre; de lo bueno y de lo malo.

Nuestra versión de la vida se acaba proyectando y condiciona nuestras relaciones: si recelamos y desconfiamos de los otros, ellos lo perciben y acaban mirándonos igual a nosotros y, de paso, se confirma lo que ya nos veníamos diciendo desde el principio: que no nos valoran, no nos quieren y que somos víctimas de todo y de todos; si les tendemos la mano en cambio, lo más probable es que nos la acaben tomando y, qué curioso, se vuelve a verificar el planteamiento original.

Según como sea esa historia que nos contamos a nosotros mismos, vivimos nuestros días de una forma u otra: podemos disfrutar de lo cotidiano o amargarnos con minucias; confiar o hundirnos en la desesperación; estar solos o sabernos queridos siempre.

La mejor forma de ser y vivir de verdad es ampliando los horizontes que nos marca el ombligo; tratando de entender y sentir lo que siente el “tú” para llegar  al “nosotros”.


Únicamente podemos anunciar la alegría del reino si nuestra versión de la vida ha dejado de ser egocéntrica, si hemos podido romper los muros que nos encierran y aprendemos a pensar, ver y existir en plural.

lunes, 11 de junio de 2012

10 de junio. EN CONMEMORACIÓN MÍA


 En la fiesta de hoy celebramos un regalo inmerecido, una ofrenda a Dios y a la humanidad: toda una vida entregada por y con amor hasta el final; hasta las últimas consecuencias: la del Señor Jesús.

Un cuerpo que se entrega, una sangre que se derrama no en un momento puntual sino a lo largo de toda su existencia; en cada momento, con cada palabra o gesto.

Una gracia en la que, encima, tenemos la posibilidad de participar porque nosotros, la Iglesia,  también somos el cuerpo de Cristo y lo somos ya, en el mundo de hoy. Un Dios que se hace hombre y que se pone a nuestro servicio, en nuestras manos, se deja comer y beber para hacerse uno con cada persona y que, cada uno de nosotros, se una también a Él. Su amor se quiere convertir en nuestro alimento, nuestra fuente de energía, de fuerza y felicidad.

Es tan tremendo que uno enmudece  ante este misterio; pero no concibo que esa fuese la voluntad del Señor; que nos quedáramos inmóviles o callados. Si Él se nos da es para que todos podamos hacer lo mismo; partirnos y repartirnos; ponernos al servicio, darnos al hermano. Comerlo y beberlo para poder estar verdaderamente vivos; para poder vivir y amar como Él lo hace… como el hombre más hombre y feliz de la historia.

Viviendo así,  en plenitud; siendo humanos de verdad; uno con cada hombre y mujer, es como auténticamente adoramos y glorificamos su nombre.






Te adoro con devoción, Dios escondido,
oculto verdaderamente bajo estas apariencias.
A Ti se somete mi corazón por completo,
y se rinde totalmente al contemplarte.

Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto;
pero basta el oído para creer con firmeza;
creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios:
nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.

En la Cruz se escondía sólo la Divinidad,
pero aquí se esconde también la Humanidad;
sin embargo, creo y confieso ambas cosas,
y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.

No veo las llagas como las vio Tomás
pero confieso que eres mi Dios:
haz que yo crea más y más en Ti,
que en Ti espere y que te ame.

¡Memorial de la muerte del Señor!
Pan vivo que das vida al hombre:
concede a mi alma que de Ti viva
y que siempre saboree tu dulzura.

Señor Jesús, Pelícano bueno,
límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre,
de la que una sola gota puede liberar
de todos los crímenes al mundo entero.

Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego,
que se cumpla lo que tanto ansío:
que al mirar tu rostro cara a cara,
sea yo feliz viendo tu gloria.
AMÉN (del hermano Tomás)

viernes, 8 de junio de 2012

8 de junio. SOMOS


Para el día de hoy, se proponía la iniciativa “somos”






Me gusta la idea, está claro que en este mundo todo está al revés; que casi todas las cosas las hacemos al contrario de como Dios las proyectó; que, en general,  valoramos y buscamos siempre lo opuesto a lo que el Evangelio nos ofrece… se nos llega a hacer hasta complicado y poco apetecible lo que, en realidad es la receta de la felicidad que Dios nos da.

Yo lo he hecho, me he colocado la camiseta al revés y, así, con las costuras y la etiqueta hacia fuera, he realizado las actividades y los trabajos del día.

Algunos que sabían la razón de esa extravagancia me sonreían con complicidad; la mayoría no se ha dado cuenta o fingía no notarlo; tampoco han faltado los que se han reído o me han mirado con cara rara. Ya he dicho muchas veces aquí lo tímido que soy, así que no será difícil entender que, en algunos momentos, lo he pasado un poco mal…pero no me ha importado demasiado, porque yo sabía por qué lo hacía, tenía una razón en la que creo profundamente. No era mi camiseta a lo que había que darle la vuelta, es a toda la sociedad, el mundo entero es el que debe volverse como un calcetín para ajustarse al proyecto original, a ese sueño creador de nuestro Dios




La experiencia ha sido muy grafica para mí; nos guste o no, los creyentes estamos llamados a “dar la nota” en este mundo en el que vivimos y al que amamos; no podemos más que ir contracorriente, aunque eso llegue a suponer la burla, la incomprensión… la cruz.

Hoy no he paseado lo externo sino el interior de la ropa y eso me ha hecho ver mejor las convicciones que llevo dentro. No quiero temer a enseñar “mis costuras”, porque así es como me he hecho y me hacen cada día; no quiero quedarme únicamente en lo que los otros muestran hacia fuera, espero llegar al corazón de cada hombre y mujer con los que me cruce; no me gusta ser cómplice de tanta injusticia y violencia y sé que puedo  romper y distanciarme de muchas cosas aún; que es posible vivir la alternativa del Reino.

Puedo, porque hay otros muchos como yo; porque ninguno de nosotros estamos solos en esto…Él está aquí y también es un Dios que “desentona”.


jueves, 7 de junio de 2012

7 de junio. ¿DÓNDE?


Con frecuencia me encuentro ante la complicada situación de tener que hablar de mi fe y mis motivaciones con gente que dice ser creyente pero que desconoce profundamente el Evangelio; tratar de dialogar con la osadía de la ignorancia me suele colocar en un callejón de difícil salida; porque el que piensa que sabe lo que no sabe, se cree con la autoridad de juzgar, exigir y opinar sobre terrenos que ignora por completo.

La fe es algo muy complejo y sumamente íntimo; tanto que se compone de multitud de experiencias, recuerdos, sentimientos muy personales. Muchos de ellos están directamente relacionados con nuestra experiencia de Dios, con nuestra relación con Él pero otros muchos son culturales, artísticos, sensibles o afectivos.

Es inevitable, porque somos humanos,  hemos de expresar y compartir lo que vivimos con Dios y, necesariamente,  tenemos que hacerlo a través de la cultura y los medios en los que estamos inmersos.

Nuestras tradiciones y costumbres tienen sentido en un contexto determinado y, con frecuencia, nos permiten llegar hasta Dios.

El problema es cuando vamos absolutizando esos otros componentes y acabamos relegando en un rincón el Evangelio de Jesús. No nos podemos quedar simplemente en eso, en lo que nos emociona; en lo que nos trae bellos recuerdos, en lo que es bello o en lo que se ha hecho siempre porque entonces pervertimos a la verdadera tradición, que debe ser dinámica y evolucionar para poder dar respuestas EVANGELICAS a cada momento y situación.

Puede que sea casualidad, o más bien porque viene  de uno de los profesores que más me ha enseñado, pero  precisamente hoy, leía unas líneas muy interesantes en relación a esto:





Esa gente, que dice creer en Dios, en realidad deposita su fe en todos esos elementos periféricos, convirtiéndolos en ídolos,  mientras que El verdadero Señor, el que está en el pobre; el que tiene hambre, está solo, enfermo o en la cárcel permanece olvidado.

Es una trampa con la que todos podemos tropezar, puede ser con una persona determinada, o una imagen, una experiencia concreta o las piedras de un edificio…  todo son mediaciones, pero no son Dios. A Él se le conoce, pero no podemos apoderárnoslo; a Él se le busca y se le sigue; jamás se le puede encerrar.

6 de junio. EL MILAGRO ANTIGRASA


Se me estaba haciendo urgente un zafarrancho de limpieza en mi habitación, después de varios días encerrado y estudiando, tenía libros y papeles por todas partes, así que de hoy no ha pasado y lo he dejado todo como los chorros del oro.

Aunque no puedo negar que soy muy desordenado, qué diferencia más grande hay cuando el entorno en el que trabajas está limpio y bien dispuesto… simplemente la mesa, ahora casi vacía y brillante, ya era una invitación a seguir con la investigación y la redacción de la tesis.

Esto que en el entorno y lo exterior  es evidente hasta para mí, con lo desastre que soy, es así también en el foro interno de cada uno de nosotros: se vive de forma muy distinta si estamos limpios y ordenados por dentro.

En ocasiones me he encontrado con personas que consumen y acumulan experiencias sin ningún sentido ni continuidad; que lo mismo hacen una cosa como todo lo contrario; que hasta desarrollan de forma simultánea  actitudes y realidades contradictorias… ante ellos siempre me pregunto ¿cómo podrán vivir así?

Creo que de esa forma es imposible ser medianamente feliz ni tener algo de paz; tampoco es que yo sea un ejemplo de nada, que como todo el mundo, cometo mis incoherencias y errores; pero sí que es importante ser consciente de si tu  “habitación” esta manga por hombro o si la tienes más o menos aseada

Saber hacia donde queremos conducirnos y no dejar de plantearnos si cada una de nuestras acciones encaja con ello, es una buena formula para encontrar equilibrio. Mucho mejor aún si nos atrevemos a dejar que entre el Maestro y nos limpie a fondo todos los rincones.

miércoles, 6 de junio de 2012

5 de junio. EVALUAR


Con la llegada del fin de curso, vienen también las evaluaciones y la revisión de lo vivido y trabajado durante todos estos meses.

En general, estoy satisfecho de como hemos hecho las cosas en la parroquia y, además, los resultados han sido más que satisfactorios; lo mismo me ocurre si pienso a nivel personal  y espiritual. Es bueno  llegar a estas conclusiones, sentir  satisfacción ante el camino recorrido; es de justicia con uno mismo y también con Dios, porque Él también ha sido protagonista de cada paso que hemos dado y logro alcanzado.




Ese contento, cuando es sano, no puede suponer conformidad; no nos lleva a quedarnos tal y como estamos; sino que nos lanza a por más, nos proyecta siempre hacia horizontes más amplios y nuevas metas que alcanzar.

Todos, de vez en cuando, deberíamos hacer balance de las diferentes facetas de nuestras vidas; hacernos así conscientes de lo que somos y hacemos; dejar que Dios nos abra las sendas por las que continuar creciendo  y desarrollando lo que somos; que nos siga conduciendo hacia la Tierra Prometida.

martes, 5 de junio de 2012

4 de junio. EMPEZAR


Si hay algo que hoy ha estado presente a lo largo de todo mi día, eso han sido los nuevos proyectos; alguno propio, pero, ante todo, los de otras personas.

En estas horas, he coincidido con muchas gentes que se encuentran en ese momento de vértigo, valentía e ilusión: arrancando negocios, con la mirada puesta en la universidad, en deseados viajes o preparando bodas… y lo vivido junto a ellos ahora me hace pensar en los sueños, en los míos en particular y en los de cualquiera de nosotros en general.

Porque todos albergamos, aunque sea en un recóndito rincón de nuestro interior, eso que nos entusiasma, aquello que nos da esperanza y fuerza para levantarnos cada mañana.

Algunos de ellos son mentiras, sí, espejismos que nos hacen desear aquello en lo que –en el fondo- sabemos que no está la felicidad; pero otros no, otros son el anhelo más profundo de nuestro ser, son el futuro que Dios ha escondido en cada uno de sus hijos e hijas.

La misma encarnación es el sueño, aparentemente imposible, de que un Dios se hiciese humano y de que toda la humanidad se divinizara con Él; el atrevimiento y el asombro de una niña que se osó pensar en un mundo diferente; y dijo “Sí” a un Reino donde los ricos son despedidos de vacío y los poderosos son derribados; donde los humildes y los hambrientos son enaltecidos y colmados.




Sin embargo, esto de ser soñador, parece que está mal visto; que es cosa de gente poco realista; también es posible que nos de miedo volar por si acaso nos caemos; que no nos atrevamos a pagar el precio que suponen, o temamos que ese sueño tan preciado acabe convirtiéndose en una frustración… así que, la mayoría del personal, acaba guardándose esa ilusión en una cajita secreta y privada que sólo se abre de vez en cuando para que los acariciemos en la intimidad. Los sueños se marchitan si nunca se comienzan, si nuestros pasos no se encaminan hacia ellos…de esta forma los hombres se conforman con los caminos establecidos, con vidas descafeinadas que son tan livianas que, sin sentirlo, se terminan evaporando ante sus propias narices.

Yo siempre he tenido muchos y grandes sueños, por eso estoy en la Orden; esa es la razón de que me ordenara sacerdote también; y hoy sigo soñando. Pienso que para eso nos puso Dios en esta tierra, para que hiciésemos realidad el proyecto que Él tiene para cada uno y para la humanidad entera. Supongo que el único secreto es permanecer atento, ser capaz de distinguir cuales son los sueños que el Señor nos sugiere y cuales los que nos venden las empresas y la televisión. Sé que si sabemos diferenciarlos bien, y nos mantenemos fieles a los primeros, siempre podremos comenzar a hacerlos vida, no será posible fracasar ni ser vencidos… el sueño de un cielo y una tierra nueva se ha hará realidad; ya es realidad en la vida de muchos.


lunes, 4 de junio de 2012

3 de junio. LA EXPOSICIÓN DE LA SELVA


Durante estos días han estado por aquí una pareja de voluntarios de “selvas amazónicas”, el secretariado que se ocupa de nuestras misiones en la selva peruana, Guinea Ecuatorial  y en República Dominicana, fundamentalmente.

Nos han preparado en la Iglesia una exposición fotográfica sobre la labor de los misioneros y misioneras dominicos en los últimos cien años: lo que se encontraron entonces, la forma en la que han actuado y los resultados de sus esfuerzos en el campo social, sanitario, educativo o religioso… especialmente en una zona de la Amazonía comprendida  entre dos ríos: el Urubamba (con las misiones de Quillabamba, Koribeni, Timpía, Kirigueti y Sepahua) y el Madre de Dios (con las misiones de Shintuya y Puerto Maldonado) .

Desde aquí, invito a quienes vivan en Sevilla, a que se pasen a verla porque es realmente sugerente.

Tengo un vínculo muy especial con aquella parte del mundo: tengo hermanos allí trabajando duro, frailes, hermanas y laicos dejándose la vida y siendo rabiosamente felices; algunos ya han vuelto pero han pasado en esas tierras momentos importantes, e incluso han tenido hijos allí; otros están a punto de marcharse para allá. Todos ellos me han ido contando poco a poco cómo es la vida en la selva, las gentes, las costumbres, la realidad…

Recorriendo la exposición, es como si conociera a esos niños que sonríen desde un papel brillante; me siento presente junto a esos hombres y mujeres que trabajan o celebran; heredero del legado de aquellos frailes que, con barbas largas, me miran con serenidad desde 1910 en  una foto en blanco y negro.

Entre todas esas instantáneas, las herramientas expuestas, los abalorios y los carteles explicativos he comprendido que  los hermanos que dejan todo lo conocido para dejarse guiar a una nueva tierra, se nos llevan a todos en la mochililla y también plantan allí parte de nuestro ser; que en el Evangelio evidencian que estamos íntimamente unidos  con los de allá; amando y sirviendo alimentan también nuestro amor y servicio; que verdaderamente, no hay distancias para el amor.

sábado, 2 de junio de 2012

2 de Junio. PIEDRA Y CARNE


Estoy teniendo un fin de semana de no parar y, cuando se vive así de intensamente, se puede experimentar de todo: desde emocionarte y que se te salten las lágrimas al saberte regalado por Dios, hasta el no poder entender algunos comportamientos y reacciones de las personas; pasando por los recuerdos, los proyectos de futuro…

Y supongo que así es y así debe ser cuando se quiere optar por el Reino; “os quitaré el corazón de piedra y os daré uno de carne” dice el profeta Ezequiel. Y ese corazón sensible y humano de verdad  puede disfrutar enormemente con cualquier cosilla que puede pasar inadvertida para el común de los mortales, es capaz de advertir a Dios en la suave brisa; pero también debe dolerse con el sufrimiento ajeno, debe temblar ante cada injusticia y dolor.

Querer quedarse sólo con lo bueno, pretender seleccionar únicamente aquellos aspectos de la fe que –en principio-  nos parecen los apetecibles (la paz, la armonía, el sentido, el calor de Dios…) es una trampa mortal, porque nos vuelve a endurecer por dentro y acaba dejándonos otra vez fríos como el mármol.

En la Iglesia, desde las instancias más altas hasta el más pequeño grupo o fraternidad, deberíamos revisar muchas de nuestras costumbres, ritos y comportamientos creyentes que nos encalan por fuera pero nos van petrificando por dentro.

























Todo el mensaje y la vida del Jesús de Nazaret, su amor y su entrega, siempre giran en torno a la compasión, nunca podrá estar lejos del que lo pasa mal, del que es acusado de pecador por “los buenos creyentes”; del pequeño y el débil.

Sólo así, desde ese “padecer con”; sintiendo que los problemas y desgracias del hermano son nuestros también; dejando que todo eso nos sacuda y nos ponga al servicio; es desde donde puede nacer y mantenerse la Verdad del Amor.