Así es la vida, ayer mismo, por la tarde, me encargaba del curso prebautismal ante un grupo de papás ilusionados , a los que les hablaba del milagro del nacer, de cada nueva personita que viene al mundo y hoy, el día ha terminado en una sala, donde mi amiga y los suyos lloraban la marcha de un padre.
Verdaderamente, lo del sacerdocio configura todo lo que eres; muchas veces digo que, desde que me ordené, es como si me hubiesen abierto una nueva ventana a la realidad; como si me hubiesen puesto unas gafas mágicas, de esas con las que soñábamos de pequeños, con rayos X para poder ver más allá de lo evidente… el vivir tan de cerca junto a tantísimas y tan variadas personas y realidades, el que abran ante ti las puertas de su intimidad, te ofrece una perspectiva de lo que somos y de la existencia humana completamente extraordinaria…. Como hoy mismo, en que se me muestran a la vez el principio y el final de nuestro paso por esta Tierra, como esta noche en la que he preparado juntos un bautizo y un entierro.
Esa visión privilegiada transforma por completo tu propia forma de vivir y de relacionarte; son incontables las lecciones tremendas que me llevo a la cama cada noche… pero claro, la cosa no se puede quedar ahí… esa percepción no es de mi propiedad; no se me ha dado únicamente para hacerme crecer a mí… hay que darla, tengo que buscar las formas de llevarla a los hermanos.
Porque lo que he dicho no supone que dejemos de ser tan humanos como cualquiera, que sintamos igual el dolor; que nos asalten las dudas y las preguntas, incluso más que a otros; que, a veces, tampoco nosotros comprendamos y que, con frecuencia, nos falten argumentos…así que hay que buscar incansablemente las respuestas, los lenguajes y los caminos, por los que poder compartirlas eficazmente con cada hombre y mujer.
Esta tarde por ejemplo, en la sala del mortuorio, he visto a una familia unida y serena, me atrevería a decir que el ambiente era muy agradable. El padre de mi amiga, que ya está definitivamente junto a su Dios, ha tenido mucho que ver con eso; su vida aquí ha dado ese fruto; ese amor es su legado…
Hasta hace unas horas, quería ponerme a estudiar porque tenía que hacerlo y el tiempo se me venía encima. Ahora lo necesito, tengo sed: de la Palabra de Dios y de la de las de las personas, que pueden iluminar lo que he visto; que rescaten la esencia universal de esa lección, lo que a todos nos puede ser necesario; que me pueden regalar las palabras con las que explicarlo.
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