Esta tarde tenía cita con el
oftalmólogo, me ha dicho que tengo muy bien la vista, así que me sigo escapando
de tener que usar gafas y cosas así.
Pero, el otro día, hablando de esto con un amigo, comentaba que si me mandaran
las gafas, sería un desastre con lo despistado que soy: las iría olvidando por
todas partes, se me estropearían, no las tendría a mano cuando me hiciesen
falta y, a lo peor, hasta las perdía con lo caras que son… no, concluía, si me
dicen que tengo que empezar a usarlas no lo haré, “porque yo veo perfectamente”
Mi amigo, que sí utiliza lentes, me contestaba: “eso es lo que tú te crees,
yo antes pensaba lo mismo y, después, me di cuenta de que no había sido así;
con las gafas empecé a ver los colores con más intensidad y las formas más definidas,
caí en la cuenta de todo lo que me había perdido…”
Aquella conversación insustancial me ha dado mucho qué pensar. ¿Cuántas
personas, o incluso nosotros mismos, con qué frecuencia vamos por el mundo
creyendo que percibimos las cosas tal y como son; que la realidad del mundo y
de los otros responde obligatoriamente a nuestra propia percepción? ¿no se nos
estará escapando también la intensidad de muchas circunstancias; los matices de
las gentes, la nitidez de lo que ocurre?
Igual nuestras vidas son mucho más ricas y bonitas de lo que nos damos
cuenta; puede que estemos rodeados de seres que son preciosos, aunque nosotros
los tiñamos con el gris de la rutina…
Eso podía explicar muchas cosas de por qué el mundo está como está; la
razón por la que tantas personas, siendo buenas, permanecen en la indiferencia
frente a las injusticias o a las posibilidades que nos rodean.
¿Será que ya hace mucho tiempo que a la humanidad se nos recetaron unas
gafas, pero insistimos en que no nos hacen falta, que vemos bien? Son gratis y
están a nuestro alcance… son las gafas del Evangelio.
Puedes estar seguro sin preguntarte, de que las cosas son así.Todos necesitamos unas gafas con las que poder ver bien a los demás, con claridad, nitidez,...así todo iría mucho mejor.A veces vemos lo que sólo nos interesa y otras por no ver, dejamos pasar cosas preciosas e importantes en nuestras vidas.Y ninguno de nosotros está exento de tener que llevar " las gafas de la vida".El problema como bien dices es aceptarlo, y una vez que las tenemos, acostumbrarnos a ellas para poder ver bien, que es muyyyyyy difícil.¿Nos acostumbraremos con el tiempo a ver a través de ellas? Ésta sí es la pregunta.TQ.Bss
ResponderEliminarPRECIOSA REFLEXIÓN. MI MODESTA OPINIÓN: HAY ENFERMEDADES DE LOS OJOS Q NO CONSISTEN EN VER BIEN O NO, EN PONERTE UNAS GAFAS O NO. HAY ENFERMEDADES DE LOS OJOS QUE NO SE NOTAN, Q NO SON VISIBLES, Q NO SON EXTERNAS PERO Q HAY Q CUIDARLAS CADA ÁÑO, REVISARLAS E INTENTAR QUE NO DERIVEN EN ALGO PEOR. ASÍ SON MUCHAS PERSONAS, NO SE QUEJAN, NO SE LES NOTA, NO LES VES VISIBLEMENTE MAL Q SE ENMASCARAN EN UNA SONRISA O EN UNA BROMA, O EN UN "NO PASA NADA" "NO ME QUEJO" "TODO VA PALANTE" "YO NO PROTESTO" PERO HAY Q CUIDARLAS IGUAL O MÁS QUE LAS QUE LO RECLAMAN QUE LAS Q LO PIDEN ...PUES SU CORAZÓN NECESITA IGUAL DEL AMOR DE LOS SERES QUERIDOS COMO EL Q LO TIENE ENFERMO, PORQ ES ASÍ CON EL AMOR DE LOS Q LE RODEAN COMO CONSEGUIRÁ MANTENER EL SUYO SANO, AÑO TRAS AÑO Y REVISIÓN TRAS REVISIÓN CON EL AMOR DE LOS DEMÁS SIN PEDIRLO SIN EXIGIRLO SIN DEMANDARLO.
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