sábado, 26 de febrero de 2011

25 de febrero. CUÉNTAME

Anoche estuvimos hasta las mil intentando subir estas líneas y no pudo ser. Aunque con un poquito de retraso aquí está la reflexión de ayer. ¡Mis disculpas!

¡Ya estamos en Collado Mediano!

Hemos disfrutado mucho del viaje, charlando y escuchando la música que los jóvenes traían, jejeje. Así que, de momento, la primera parte de la aventura ha salido redonda.

Me gusta sentir la confianza que va creciendo entre ellos y yo; me halaga un montón que cuenten conmigo para contarme sus inquietudes, sus necesidades, sueños y problemas. 

Al llegar aquí, una sensación que ya me resulta gratamente familiar. Tras la alegría del reencuentro; el volver a abrazar a hermanos que hacía mucho tiempo que no veía; el mirarnos de nuevo a los ojos e intuir que el trabajo, las búsquedas, las experiencias nos han hecho más grandes que la última vez… hemos comenzado con un ratillo de oración. En él se nos invitaba a rezar sobre lo que sentíamos en ese momento inicial.

Yo sentía esa convicción de la que hablaba y que tanto me gusta. El saber que vengo de mi casa y que a mi casa llego; porque mi hogar ya no es un espacio físico ni una ciudad determinada, sino que son rostros, brazos, miradas y corazones, los de los muchos hermanos con los que Dios va regalando mi vocación. Donde están los dominicos y las dominicas,  en los lugares donde se dejan la vida, en las gentes con las que caminan, también con sus errores…allí está mi hogar.

Me gusta ese descubrimiento que cada vez se evidencia más en mi vida…quizás sea ese el verdadero sentido de la itinerancia, el que es válido para todos: no atar ni limitar nada de lo que somos a las cosas o los sitios; únicamente a la gente, así, sin nombres ni más concreciones, sólo a los hermanos que el Señor nos ponga por delante.








1 comentario:

  1. Disculpas aceptadas. Pero estábamos a la espera de noticias y nos alegra mucho saber que estas en casa.

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