Ayer fue el día del Fray Angélico, como se me hizo muy tarde no puede acabar la ilustración que tenía entre manos pero, de ninguna forma, puedo pasar por alto a este hermano, gran fraile y además artista.
Mi dibujillo de hoy quiere ser un sencillo homenaje a su vida y predicación, a las obras que surgieron de la oración, estudio y comunidad que llenaron la existencia de aquél buen dominico, patrón de los artistas.
Recuerdo que las primeras veces que participé de las pascuas o los campos de trabajo volvía entusiasmado, cargado de experiencias que me moría por compartir con la gente a la que quería, con mis amigos especialmente. Al principio pensaba que, en cuanto les contase un poco de lo que había vivido, todos iban a querer apuntarse y venir la próxima vez… acabé dándome cuenta de que no; que yo hablaba, explicaba anécdotas, sentimientos, actividades… pero no conseguía transmitir la calidad e intensidad de lo que tenía dentro. Ninguno de mis amigos vino nunca conmigo a estas cosas.
Cuando algo nos llena de verdad, necesitamos expresarlo, transmitirlo a los demás, así es también con el Evangelio. La predicación no es una imposición, ni siquiera una misión que se nos encomienda desde fuera; es, ante todo, una urgencia que brota de nuestras propias entrañas. La necesidad de ofrecer a los otros la razón por la que vivimos; la pasión que nos empuja; la fuerza y la alegría que nos permite crecer; ¡el amor que nos hace vibrar!
La mayoría de las veces las palabras acaban siendo insuficientes para comunicar las cosas más importantes; necesitamos buscar otros lenguajes, otras formas de hablar…
Fray Angélico nos muestra la capacidad de la pintura para eso, para presentarnos la inmensidad del Evangelio y la fraternidad; la belleza del misterio que nos envuelve; el camino para sumergirnos en todo ello. Pero, ante todo, nos enseña que siempre pueden encontrarse esas vías de comunicación complementarias, que nos ayuden a contar, a transmitir la Buena Noticia de la que somos testigos.
Dios se encarnó, se hizo uno de los nuestros y –desde entonces- todo lo humano es capaz de hablarnos de Dios… podemos comunicarlo con un canto, un juego, un baile, una comida, ¡un chiste!... cualquier cosa antes que callar, que sofocar el fuego que Dios enciende en nuestro corazón.
Cada uno de nosotros está lleno de posibilidades… de una inmensa riqueza que el mismo Dios ha puesto en nuestro interior. Todos podemos abrirnos a ese espíritu que aletea en nosotros y buscar; entre nuestras habilidades, aficiones y dones; esa forma única y personal de llevar el rostro de Dios a toda la humanidad.
Sobre Fray Angélico recomiendo el magnífico comentario que un hermano nos ofrece en este enlace:
http://ser.dominicos.org/antes-que-nosotros/beato-angelico-a-dios-por-la-belleza
Hoy también es la fiesta del Beato Álvaro de Córdoba.
MUCHAS GRACIAS, POR ILUSTRAR A FRAY ANGELICO, ES UN GRAN BEATO, Y HAY POCO SOBRE ÉL, PERO LA ILUSTRACIÓN ES MARVILLOSA, GRACIAS, QUÉ DIOS LE BENDIGA Y LE DE LO SUFICIENTE PARA SEGUIR ADELANTE CON ESTA MARAVILLOSA OBRA Y EN SU CAMINAR.
ResponderEliminarLE AGRADEZCO INFINITAMENTE, QUE HABLE DE FRAY ANGÉLICO, ES UNA DICHA ENCONTRAR UNA ILUSTRACIÓN DE TAL MAGNITUD, YA QUE ENCIERRA TODAS SUS OBRAS EN UNA, DIOS LE BENDIGA Y LE DE LO NECESARIO EN SU CAMINAR, Y CLARO, BAJO LA INTERCESIÓN DE ESTÉ GRAN BEATO CONTINÚE PREDICANDO POR MEDIO DE LA ILUSTRACIÓN.
ResponderEliminarGRACIAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!