jueves, 3 de febrero de 2011

2 de febrero. VOCES

Hoy, al ser la fiesta de la presentación de Jesús, hemos celebrado en la Iglesia el día de la vida consagrada.

La fecha en la que celebramos las vidas de muchos hombres y mujeres que entregan su vida, jornada a jornada, al servicio de la humanidad y del Reino. Por eso mi dibujo de hoy quiere ser un homenaje a mis hermanos y hermanas.

Somos personas normales, no tenemos nada de extraordinario; pero gente que, con toda su miseria, sabe que el mundo puede y tiene que ser diferente; que trata, con alegría y honestidad, de vivir conforme a esa certeza…y lo hacemos en medio de la vida de nuestros hermanos, desde ella por y en ella.

He querido representar esa vida, las vidas individuales, como multitud de ramas que se entrecruzan y atraviesan distintos colores-sentimientos; en ellas encontramos el sufrimiento.  No podemos ignorar su existencia, no tenemos más que profundizar un poco en cada una de las sonrisas, que se nos ofrecen a diario, para descubrir la tragedia que, por lo general, se esconde tras ellas. Es por eso que he colocado el dolor en el centro de la composición. Pretender ocultarlo, negarlo o darle sentido es una cruel ofensa para los millones de personas que lo padecen.

Alrededor de este elemento, sitúo unas figuras femeninas que son símbolo de distintas actitudes que podemos adoptar al contemplar y sobre todo al sufrirlo.

Una de ellas, cubierta por un manto de lágrimas, mira hacia abajo, a la tierra, al infierno de la sinrazón;...su mano vacía...; la existencia de un Dios que se supone bueno, no puede ser compatible con el padecimiento; no puede ser  un Amor que consienta que el inocente muera aplastado mientras que el opresor, el asesino, triunfa y disfruta de su victoria. Aquí no vale una justicia escatológica. Dios está muerto; no es que se identifique con las víctimas de la historia; es que está muerto, como ellas.

Otra actitud es la de quien se viste de rayo, de furia; se yergue y –con el pecho descubierto- se pone en pie y planta cara a Dios. Él está ahí pero ¿por qué no actúa? ¿Qué clase de Dios es? Un ser cruel e injusto ajeno a nosotros y que no merece nuestra atención.

Inmersa en ese mundo, la vida consagrada, también la de todos los que entregan todo lo que son al proyecto de Dios. Está representada por la tercera figura; la que rompe el cerco que las palabras sin sentido trazan alrededor del sufrimiento. Es un círculo que no podemos cerrar con justificaciones ni resignación, eso supondría la total negación de la esperanza para quienes están en su interior. Esta realidad ha de mantenerse en el sin sentido. Como  esta mujer que se viste de verde y se hace una sola persona con otra que sufre; se compadece de ella; la ayuda a salir del dolor. Es la actitud de quien no espera una respuesta del más allá, la de quien sabe que la experiencia de Dios “se hace”; la construye  quien se ocupa de su hermano y quien se deja también ayudar por el otro.

Dios no calla, nuestras vidas quieren ser la “palabra” que la boca de Dios emite ante la injusticia, ante el dolor de la humanidad; la capacidad de “padecer” con el que sufre, la posibilidad de amar, es lo que Dios tiene que decir ante nuestro drama.

El reto con el que corono esta imagen es esa boca, la de Dios, representada como la joya que verdaderamente  es, pero algo confundida con el fondo, esperando a ser permanentemente descubierta; aguardando a quienes quieran seguir haciendo brillar su luz, la de Dios, ante el mundo.

3 comentarios:

  1. Ya conocía este cuadro pero vuelve a sorprenderme la fuerza que transmiten sus imágenes, su colorido, los símbolos, las tres mujeres -que no lo son- pero sí lo son. Como afirma el comentario del día 3 de febrero, las mujeres somos muchas veces quienes llevamos el peso y la fuerza: en la familia, en las comunidades, en el mundo -bueno, el comentario no lo dice así, en el fondo es una "traducción" desde mi punto de vista del mundo. Pero cuánto debemos a esos millones de mujeres que se echan a la espalda sus cargas -familiares, personales, de trabajo- y tiran de cuántos les rodean. ¡Bravo por ellas!

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  2. Una vez más lo has conseguido, fray!! Qué hermoso resulta escuchar la voz de Dios a través de un hermano que vive su vocación desde lo más hondo a la vez que desde la sencillez y humildad. Te sigo reconociendo en todas y cada una de tus palabras. He de agradecerte el bien que estás haciendo con tu blog. Desde que lo has abierto me he vuelto a descubrir en muchas cosas que había abandonado o dejado por el camino. Hoy has hecho que me saltaran las lágrimas de emoción al leer tu comentario sobre las monjas de clausura, reflejando lo cerca que siempre están de nosotros y lo que nos ayudan con su oración constante. ¡Si no fuera por ellas, qué sería de nuestra vocación, de nuestra fe ! Nunca dejaré de dar gracias a Dios por la gente que ha puesto en mi camino y no ha procurado más que cosas buenas para mi vida y mi vocación. Por todo elo, y mucho más, gracias fray!!
    Un hermano.

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  3. gracias por tus reflexiones y gracias a la persona que nos descubrio tu blog,ahora nos vamos a la cama con el corazon lleno de la palabra de DIOS porque sentimos que eres un hermano al que queremos
    pura y pepin

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