martes, 6 de diciembre de 2011

6 de diciembre. EL QUE ALGO QUIERE...

Ayer, por primera vez en todo el año, al llegar la noche, estaba absolutamente extenuado, completamente seco e incapaz, ni de escribir ni de dibujar nada.

En alguna otra vez he faltado a la cita con este blog, pero siempre había sido por causas ajenas a mi voluntad; anoche no fue así… sencillamente no pude.

Fue un día muy intenso y duro, asuntos urgentes por la mañana; mi viaje semanal a Salamanca y después, tres horas seguidas de filosofía, clase en la que tuve que exponer un libro, que parecía que habían escrito en otro idioma, de esos repletos de palabros indescifrables, a los que no les habría venido mal una coma o un punto de vez en cuando.

Con la larga sesión de ayer, culminábamos la asignatura y fuimos evaluados. Un deber cumplido y una enorme satisfacción, que no han llegado sin un tremendo esfuerzo y muchos sacrificios por mi parte. ¡Así es la vida! también  son así las relaciones humanas y, por supuesto, la fe, nuestro enamoramiento con Dios.

Esto parece que se nos olvida muy a menudo, a mí por lo menos; queremos que Él llegue a nosotros, que se muestre con claridad, que nos llene, que nos ayude y transforme… pero como por arte de magia, sin que a nosotros nos altere ni  cambie mucho el ritmo cotidiano, sin apostar nada, dedicándole sólo las migajas de nuestro tiempo y recursos personales o materiales…

Y amar, ya sea a Dios o a otra persona, siempre pasa por el esfuerzo y el sacrificio.

El trabajo por estudiar al otro, por conocerlo, por quebrar las rutinas y aburrimientos, por confiar, por abandonarse… por aprender a conjugar el “nosotros”…

El sacrificio de mis egoísmos, de mis comodidades e intereses individuales; de mi propia percepción de las cosas… el conseguir dejar de creer que yo sólo me basto para todo.

Pero, todo eso, se ve ampliamente recompensado… tanto que enseguida se te olvida lo mucho que te haya podido costar; que los sacrificios dejan de entenderse como tales para ser vistos como pilares robustos de la felicidad.

Primero porque, en ese recorrido, es donde surge quien yo soy de verdad, donde se realiza toda mi riqueza y potencialidad.

Y segundo, y sobre todo, porque en esa dedicación te estás haciendo rico de verdad, te llenas del amado; todo lo bueno se multiplica; te conviertes en posibilidad infinita.

Tu tierra reseca se abre al frescor de la lluvia, se empapa y, de esa unión, brota toda la vida; el mundo entero se hace mejor.




“Cielos lloved vuestra justicia; ábrete Tierra y haz germinar al Salvador”


2 comentarios:

  1. Sé que te has creado un compromiso al abrir tu blog, pero aunque estemos todos los días a la espera de saber lo que te pasa, lo que sientes, las cosas que te ocurren, tus espectaculares dibujos, tus comentarios que nos dejan sin palabras y siempre reflexionando ...en definitiva COMPARTIR contigo tu vida, no significa que haya momentos de ella, que tengas derecho precisamente a éso "DESCANSAR".Éste año, más que nunca llevas un ritmo demasiado rápido, aunque sea gratificante, pero los que te queremos, nos preocupamos por ti.Prefiero que no escribas por unos días y luego nos cuentes todo junto, que no puedas más y te canses.TQ.Bss

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  2. La constancia, máxime cuando es siempre para bien, es quizás la virtud más complicada de llevar a cabo, y de forma continuada, éste año nos has dado ejemplo de tu sacrificio personal que no es más que compromiso para con tus hermanos y amigos. eres, una vez más admirable en tu capacidad de entrega. y nosotros te lo agradecermos siempre.
    si además sumamos el tienes que asumir la filosofía, que tantos quebraderos de cabeza conlleva, te lo digo yo, más admirable aún si cabe. Ánimo y descansa, que nosotros también con tu descanso podremos seguir disfrutando de tu generosidad y enorme corazón, más y mejor.
    Tu hermano que te quiere.

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