Eso me ocurrió hace unos días (hasta hoy no he tenido permiso oficial para contarlo) cuando mi hermana y mi cuñado me regalaban un sobre de color verde. En su interior una notita: “Si Dios quiere, vas a ser tito”.
¿Estábamos embarazados? ¡Estábamos embarazados!
No sé si será cosa exclusivamente mía o algo común a todos los que somos célibes pero, ¡no sabe nadie las ganas que tenía de tener un sobrino! Lo mucho que lo deseaba, lo que había esperado ese momento, lo que he rezado… imagino que será lo más parecido a la paternidad que puedo experimentar… y ahí estaba aquel papelito, aparentemente sin valor, que me decía que el momento estaba cercano y, con esa noticia se convertía en uno de mis más valiosos tesoros.
Miraba a mi hermana, y me emocionaba reconociendo; en el chisporroteo de los ojos de aquella mujer guapísima, preñada de vida y esperanza; a la alegre niña de las coletas y los dientes separados que siempre será para mí.
Los futuros abuelos, mis padres, debían estar pensando algo parecido, porque sus rostros eran una curiosa mezcla de emoción e incredulidad.
Mi hermano pequeño se cubrió con esa risilla con la que, en vano, intenta esconder las lágrimas de emoción y, orgulloso, saboreaba el momento con su mujer, acariciando posibilidades y tejiendo ilusiones.
Mi cuñado, con su sonrisa abierta, contemplaba feliz toda la escena; medio asustado de felicidad ante la oportunidad de volver a empezar.
Desde entonces, no me ha abandonado esa extraña sensación que mezcla el vértigo con la impaciencia; el pasmo, con el dinamismo de la ilusión desbordada; la novedad, con la responsabilidad; lo que habrá de cambiar, con lo que siempre hemos sido; un lanzamiento al futuro, con el recuerdo y nuestra historia… la misma vida supongo; que nace, se renueva y se abre paso siempre… a toda costa; bendición, raíz y fruto; que pasa, corre y tiene sentido… que, a pesar de todo, siempre está abierta a la alegría.
Desnudo todas esas sensaciones personales porque estamos en adviento, porque la tarjetita del sobre verde se parece mucho al anuncio del ángel, porque este año, comprendo mejor que nunca lo que este tiempo significa.
Felicidades, futuro tito!!!
ResponderEliminarA disfrutar el embarazo hasta que llegue el momento de darle la bienvenida a este mundo a tu sobrin@.
Ya sabes cómo comparto tu alegría y esperanza en este adviento.
Felicidades, Fray Tito. Nuevas sensaciones, emociones, milagros. Es la vida que se renueva, Dios naciendo en la sangre, en las pupilas y en el corazón. Como un sol que no cesa, como un silencio enamorado. Es el alma la que habla. Y todo lo demás, calla. Apostando fuerte por el porvenir, por el presente hecho camino, huella, ternura. Felicidades a tu gente, a los que van a parir Vida desde la fe más absoluta. El sobre no traía otra cosa que el verde de la esperanza, como un don enamorado, como el amor en sus más altas cumbres, como un grito imposible de parar. Ya tenéis aquí a vuestro Ángel anunciando la Buena Nueva. Y a Dios, arriba, en lo más alto del corazón, navegando por vuestras venas, sonriendo con carilla de tunante y con un juguete de peluche entre las manos. Un besote fuerte para todos y a seguir soñando, compañero del alma, compañero.
ResponderEliminarFRAN ÁLVAREZ
¡Sí señor, estamos embarazados!, porque es tan deseado y querido por todos, que forma parte de quiénes lo esperábamos.Es una alegría inmensa, por los padres, porque traer un niño al mundo es una bendición; por los abuelos, porque lo necesitaban ya, lo pedían a gritos, y los tíos qué decir...Hay en la familia una mezcla, como bien dices de sentimientos, pero que basta miraos a los ojos, para saber que sois inmensamente felices.Quién os conozca , sabe que va a ser un afortunado/a, porque todo su entorno, está deseando demostrarle el amor que ya se le tiene, por parte de todos.Los abuelos, le enseñarán como enseñaron a sus hijos, y los padres, lo que los suyos a ellos: amor, sencillez,ternura,...No ha podido venir a mejores manos.Que Dios bendiga este niño, anunciado en un época preciosa:Adviento.Ya hace muchos días que os dí mi enhorabuena, pero desde aquí lo hago de nuevo, sobre todo a ti, Félix, que si ya eras feliz, creo que ésto te ha superado.TQ.Bss.
ResponderEliminarDESPUES DE LAS PALABRAS DE NUESTRO QUERIDO FRAN ES DIFICIL DECIRTE ALGO MAS
ResponderEliminarCOMPARTO TODO Y EXPRESA MUY BIEN MIS SENTIMIENTOS
PERO QUIERO DECIRTE QUE NUESTRO PADRE-MADRE OS HAGA INOCENTE Y SENCILLOS PARA QUE LE DEIS A ESA CRIATURA TOD LO QUE SOIS ¡¡¡¡ QUE YA SERA SUFICIENTE ¡¡¡¡
DESPUÉS DE TANTAS PALABRAS BONITAS Y NO SER TAN REPETITIVA PERO NO POR ESO MENOS SENTIDA TAN SOLO TE DIGO QUE EN HORABUENA Y DIOS OS BENDIGA CON UNA NUEVA BENDICIÓN.
ResponderEliminarQuerido Fray:
ResponderEliminarhoy he estado leyendo varias entradas a tu blog pus hacía días que no podía, y me he llevado una alegría enorme con esta nueva buena: vas a ser tío. no sabes la alegría que me produce dicha noticia, tanto como si a mí me hubiese ocurrido. Y he pensado no sólamente en tí, sino en tu hermana y cuñado, tu hermano y sobre tus padres. ¡¡qué gracia la de poder abrazar la vida con un nuevo retoño!! el Señor lo ha de premiar con lo mejor, que es muchísimo, tanto de su tío, como de toda su familia. Y ese abuelo, que maestro y padre de tantos que por su lado hemos pasado, estará enchido de gozo.
Alegrándome de todo corazón os felicito a todos, y rezo para que todo vaya muy bien. Feliz Navidad a toda la familia.
de tu hermano que no te olvida, ahora desde Asturias