domingo, 18 de diciembre de 2011

17 de diciembre. FIESTA Y LLANTO

Jornada complicada, sufriendo y rezando por un hermano que está muy malito al que quiero y debo mucho… pero es una situación que coincidía con la fiesta grande de la parroquia; el día en que anualmente nos reunimos todos los grupos y miembros de la comunidad para celebrar la fraternidad.
 De nuevo la alegría viene de la mano de la preocupación y el dolor… las dos caras de una misma cosa, el amor fraterno.

A lo largo de la mañana y la tarde, he compartido la inquietud y la oración con otros muchos hermanos y hermanas que, desde diferentes lugares, queremos al fraile enfermo y estamos con él con toda el alma.  Cuando se acercaba la hora de la reunión, pensaba en lo poco preparado que me sentía para vestirme con una sonrisa; quería darlo todo para que todos disfrutaran de la ocasión como se merecen todas esas personas queridas que, día a día, hacen y son parroquia… pero tenía el corazón lleno de lágrimas…

Me he impuesto la alegría como parte de mi vocación, como un servicio… pero sólo al principio; en cuanto han empezado a llegar los matrimonios, los mayores, los jóvenes, catequistas, niños… con cada abrazo que me daban, lo que comenzaba siendo un barniz, iba calando en mi interior; me iluminaba por dentro. Creo que todos lo hemos pasado bien y hemos gozado de un rato muy bonito.

Ahora, en la soledad de mi cuarto, sigo rezando, esperando un milagro; la generosidad extrema de alguien que permita que, un buen fraile, siga siendo palabra predicada para todos… pero ya de otra forma, más serena, más confiada y coherente. Ese no entender; ese algo que se rebela en ti ante lo que parece tan injusto; ese dolor tan vacío, la impotencia que uno no puede evitar sentir en un primer momento, ahora ya no están; se han llenado de Dios…lo han llenado de Dios mis hermanos a base de amor… en ese amor, en esa alegría que la limitación no puede acotar, Dios cuida de mí, del hermano que lucha en un hospital, de todos nosotros… siempre.


2 comentarios:

  1. Acabo de llegar a casa después de haber disfrutado de la gran comunidad que forma la Parroquia de San Jacinto. Gracias de todo corazón por vuestra generosidad y servicio, por acogernos en vuestra casa haciéndonos sentir en la nuestra. Gracias por formar parte de nuestras vidas, por hacernos sentir con nitidez el acierto que supone nuestra opción por la fe!!! Feliz Navidad y año 2012 para toda la comunidad!!!!

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  2. Felix te he leído y he recordado el año que me toco compartir con vosotros esa gran fiesta.

    Todavía recuerdo con mucho cariño lo vivido en el seno de esa comunidad de Triana.

    Espero el tiempo no los desgaste sino que los perfeccione en el amor.

    Desde América,

    Andres.

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