Pues mira, después de tanto nervio, tanto trabajo, las tensiones, el stress....ya tengo el título.... ¿¿¿¿yyyy?????
Pues, en la práctica, mi vida no ha cambiado, yo sigo siendo el mismo. El haber conseguido el título no me hace ni mejor ni peor que ayer....puede que eso haga que alguien me vea con otros ojos....pero a mí no me interesan los ojos que sólo ven los triunfos, que son incapaces de valorarte antes, de descubrir tu riqueza y tus pobrezas más allá de os títulos y los reconocimientos oficiales.
A mí, me interesan los hermanos y hermanas que, cada día han estado a mi lado, los que me han ido acompañando poco a poco en mi aprender a ser religioso y sacerdote dominico, los que no han necesitado aplausos ni medallas para quererme, quienes me han apoyado y alentado en lo cotidiano.
Y eso que lo he experimentado en mi mismo, puede que sea uno de los misterios del Evangelio... el transmitir, el hacer creer al otro que vale, que sabe, que puede, que quiere.... eso tiene poco que ver con los reconocimientos mundanos y eclesiales, seguramente, con lo que está íntimamente ligado es con la sinceridad de cada día, de cada gesto, de cada palabra.... ahí es donde se juega la verdad de lo que creemos y somos.
A mí, mi familia en Cristo me ha posibilitado por encima de mis incapacidades.... puede que se trate de eso, de abrir posibilidades a a cada persona, de empoderar a cada ser humano. Puede que la fe sea la capacidad de hacer que, cada uno, crea en sí mismo.
¡Enhorabuena!
ResponderEliminarComentábamos el otro día en el grupo de oración que no sabíamos que era más enriquecedor si tus dibujos hechos oración o las reflexiones que compartes. Simplemente decirte GRACIAS…, gracias por esta reflexión que a mí personalmente me quema por dentro como quemaban a los discípulos de Emaus las palabras con El Resucitado y Muchas Felicidades no sólo por ese título, que tu bien mereces por tu esfuerzo, sino porque tienes el don de estar tocado por la mano de Dios…
Rosario