Con el día de hoy, poco a poco va
volviendo todo a la normalidad y se reanuda el ritmo de actividades de la
comunidad parroquial. Yo lo afronto realmente bien…. He cumplido mi propósito
de descansar durante las fiestas navideñas y lo cierto es que me ha sentado
realmente bien: vuelvo a sentirme yo mismo, con vitalidad, alegría e ilusión;
me he sacudido esa sensación de agotamiento constante y el día a día ha dejado
de ser una eterna cuesta arriba.
Creo que ésta es una nueva
lección que, aunque me ha costado, he conseguido aprender al fin: la de mi
propia limitación y mis pobres fuerzas. Creo que me he liberado del engaño de
creerme imprescindible y de la tentación de hacer y hacer sin parar.
La teoría ya me la sabía desde
hacía mucho tiempo, como tantas otras; pero no me ha resultado fácil
aplicármelo a la práctica. Cuando las personas que me quieren me venían con la
canción del descanso, del detenerse; casi me molestaba: primero por eso, porque
yo ya era consciente de eso y segundo porque sentía que no comprendían la
urgencia de mis dedicaciones o de las gentes con las que camino. Pero tenían
razón, debía hacerlo y era posible además. Lástima que haya tenido que verle
los dientes al lobo para ponerme a ello.
Puede que ese sea el gran
problema de los creyentes, que de cabeza nos lo sabemos ya casi todo pero a la
hora de hacerlo vida es cuando empezamos a dar la nota. Es normal, porque para
eso somos humanos; lo malo es cuando nos conformamos con esa distancia entre lo
que conocemos racionalmente y vivimos después… eso nos condena a la mediocridad
y nos impide ser y vivir de acuerdo a nuestras capacidades y potencias.
Para mí este año, verdaderamente
comienza “nuevo”; no importan las veces que lo hayamos intentado y caído; los
golpes y decepciones que nos hayamos llevado con la vida o nosotros mismos… no
podemos dejar de soñarnos más y mejor personas, creyentes, hermanos; no podemos
renunciar a toda la vida que Dios nos tiene reservada… sólo así podremos
aprender que el Evangelio no es para sabérselo sino para vivirlo.
Que alegria encontrarme con tus palavras. Que Dios continue iluminando todo lo que haces y con la experiencia de los limites sepas cuidarte para poder darte más.
ResponderEliminarUn abraço muy grande neste inicio de año,pués mi corazón está junto de ti y de tus sueños.
Que Dios te bendiga, hermano querido.