La que da título a esta entrada
es, sin duda la frase del día. He pasado el día en córdoba con las monjas novicias
de nuestra federación de Dominicas; en la sobremesa nos juntábamos en plan
informal y esa ha sido la guasita que hemos tenido con la madre maestra, buena
amiga y hermana. Con ellas me he reído un montón y tan a gusto como hacía mucho
tiempo que no lo hacía.
El caso es que, aunque me daba
mucha pereza arrancar, porque me levantaba algo resfriado y hacía un tiempo de
perros como para meterse en carretera, ha sido todo un privilegio poder
compartir la jornada con estas jóvenes. Son las joyas de nuestra rama femenina,
el precioso tesoro que Dios nos ha regalado; nuestro presente y nuestro futuro.
Con los tiempos que corren, hasta los que estamos metidos en el ajo, nos maravillamos
al ver a unas chicas como ellas, que apuestan por Jesucristo y encima en ese
estilo de vida tan poco comprendido por casi todos, no tiene precio disfrutar
de la belleza profunda que irradian desde su alegría serena, su recién
estrenado entusiasmo, la fraternidad ofrecida con confianza…sus primeros pasos
en esta Orden nuestra.
Todo el mundo debería conocer que
aún hay gente joven que se deja seducir por Dios, que apuesta la vida entera
por un mundo más humano y feliz… sólo el saber su existencia te ilumina el mañana y te
enciende la esperanza, pero claro, eso no sale en los telediarios.
Por eso lo cuento aquí, porque me
parece que al mundo le hace falta tener esta buena noticia, saber que están
ahí, rezando también por ellos, sosteniendo desde la contemplación los sueños,
los cansancios, los afanes y el dolor de cada persona.
Y lo cuento también, lo confieso,
porque me siento muy orgulloso y agradecido por ellas, de poder llamarme “su
hermano”.
¡SI, PADRE, SI!
ResponderEliminarSomos tus hermanas jovenes. Nosotras tambien disfrutamos mucho contigo, y el retiro fue muy fecundo y nos a ayudado mucho a reflexionar;nosotras tambien nos sentimos ogullosas de ser tus hermanas y de saber que estas ahí apasionado con tu vida y apasionando a los demas.
Ahora venimos un poco cansadas de estar bailando en la gruta (para que la madre no nos ponga penitencia por hacerlo fuera de hora y de lugar), asi que cuando vengas otra vez (y que no estemos de retiro) podremos bailar juntos...
Sabes que estas en nuetro corazón y en nuestra oración.