Esta noche me encuentro cansado, imagino que es normal, porque llevo un par de días con el estómago regular y “a dieta”, pero confieso que me revela estar así… hoy en la celebración de la eucaristía, tenía esa sensación de estar haciéndolo en baja forma y, por mucho que lo intentaba, no conseguía ponerle energía.
En fin…hay días y días y hoy me toca esto, qué le vamos a hacer…estos días flojos le hacen a uno no perder el norte; tener presente la propia debilidad; saberte necesitado y finito…recordar a todos aquellos que padecen y sufren por el mundo.
Qué fácilmente se olvida la gente de eso, de nuestra verdadera dimensión, ¡qué sencillo resulta creerte un superman todopoderoso y eterno! Y así nos vamos construyendo la existencia, sobre la mentira de pensar que las cosas no acabarán nunca, que solos lo podemos todo o que estaremos aquí para siempre… y, claro, así nos va.
El otro día recordaba a una persona que conozco, con muy buen corazón y noble de sentimientos…pero que, la pobre, tiene la vida totalmente destarifada: no deja de dar un traspié detrás de otro, vive sin una coherencia, dando tumbos, en un continuo partir de cero, de desastre en desastre…
Yo no dejo de pensar en que, aunque las cosas no son fáciles para nadie, es fundamental ir encajando bien las distintas piezas de esta vida nuestra; ensamblándolas firmemente en una serie de valores y certezas (independientemente de que seas creyente o no); eso no es tan atractivo como el ir disfrutando en cada ocasión de lo que más apetece, claro; exige una ascesis, esfuerzos, valentía, fidelidad, renuncias… y todo eso hoy tiene muy mala fama, pero estoy convencido de que sólo así podemos empezar a dar pasos de felicidad, sólo así es posible disfrutar de verdad de lo bueno de esta existencia, porque únicamente así caminamos de un modo verdaderamente acorde a lo que somos.
Estoy convencida de que Dios se abre paso en esa flojera, en esa debilidad que hoy te acomete ¿no lo crees? También conincido contigo, Él sabe que el sentirnos vulnerables nos acerca a la humanidad sufriente. Me vienen a la cabeza unas imágenes de rostros de Somalíes que han aparecido hoy en el telediario, el miedo y la desesperación en sus ojos... esa amiga tuya... tanta gente que se siente sin futuro... ¿cómo vamos a predicar a tanto desesperanzado que Dios les está amando con locura incluso en estos momentos?
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