domingo, 18 de septiembre de 2011

17 de septiembre. AMOR-SENTIDO

En días como hoy, llega uno al final de  la jornada muy satisfecho; he trabajado mucho, cierto, pero probablemente lo mismo que otros días, sin embargo esta noche, (no sé si habrá sido por el ánimo de hoy, por las gratas sorpresas que he recibido o por el tipo de actividades que he realizado) lo repienso todo de una forma más consciente, veo con más claridad el fruto de mis esfuerzos y dedicación.

Ya sé que uno no trabaja para eso, para ver los frutos… pero es que no soy de piedra y, de alguna manera a todos nos hace falta ver que nuestro esfuerzo  sirve de algo o a alguien.

Mi dibujo es el abrazo de Dios, la forma en que amorosamente nos estrecha por medio de la creación entera… ya he hablado otras veces de eso, de cómo nuestro Dios lo pone todo a nuestros pies,  pero eso no es suficiente: podemos no enterarnos de nada.






















El abrazo de Dios tiene vocación de reciprocidad, aunque siempre sea una respuesta necesariamente desproporcionada; nosotros tenemos que abrazar también, apretarnos fuerte contra su cálido pecho; recostar la cabeza sobre su  misericordia, sentir el beso de la Gracia.

¿Y cómo se hace eso? Me podría preguntar alguien… pues supongo que de muchas maneras, pero hay una que, por lo menos a mí, me resulta infalible: me entrego a ese abrazo cuando me entrego a la gente; cuando soy capaz de superar mis comodidades, mis intereses o mis egoísmos y puedo dar un paso más en el darme; Es entonces cuando percibo con más fuerza esos brazos infinitos que me estrechan y me desbordan de amor y sentido.

1 comentario:

  1. ¡Mmm, tan real como la vida misma; qué gozo, qué confort, qué dicha tan plena!.
    ¡Felicidades!

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