jueves, 22 de septiembre de 2011

21 de septiembre. UN "TÚ" EN TI

Confieso que últimamente estoy un poquillo agobiado: el curso se me presenta complicado, con muchas más responsabilidades que el anterior y yo… Quiero dar todo lo posible, atender a todo aquello en lo que uno pueda servir… pero no sé si podré, si seré capaz o si lo haré bien.

Con ese ánimo me he ido esta mañana de convivencia con mi comunidad; todos los años por estas fechas, nos retiramos para ponernos al día de cómo esta cada cual y de cómo se nos presentan los próximos meses. Desde ahí programamos la vida y el funcionamiento comunitario para ese tiempo.

He disfrutado compartiendo con mis hermanos, he recibido de ellos todo el apoyo y las facilidades del mundo, ellos me han confortado mucho, pero, sobre todo, ha sido en ellos mismos; en sus vidas, sus proyectos, su fidelidad, sus decisiones, en su valentía y sinceridad; donde he encontrado la clave que venía necesitando.

Nadie dijo que seguir al Señor fuese fácil, que no doliese el dar la vida… pero ahí estábamos, cinco hombres, con distintas edades, inquietudes, problemas, virtudes y miserias, tratando de hacerlo de la mejor manera, de hacerlo juntos además, confiando en ese Dios que un día nos llamó uno a uno por nuestro nombre.




Es una vieja historia, el Señor obrando continuas maravillas en nosotros, a lo largo de toda la vida y nosotros, siempre olvidándolas,  dudando, encerrándonos en la propia debilidad… así somos, cada nuevo paso, cada decisión nos sigue costando casi tanto como la primera vez, por mucho que todas y cada una de las opciones que hayas hecho por Él te hayan enriquecido y hecho crecer.

Pero siempre hay alguien, otro, un hermano o hermana que, si te dejas, te muestra que merece la pena seguir confiando. Yo hoy lo he vivido así, he sido testigo de un salto valiente y sincero de confianza en Dios, un paso rodeado de misericordia y fraternidad y estoy orgulloso de mis frailes.

Ante las dudas, en medio de la oscuridad o el dolor, cuando no podemos ver a Dios por ningún sitio…siempre podemos buscar algo que sí se ve: hermanos. En su presencia, en su vida, en su lucha, en esas manos tendidas y palpables, encontramos –incluso sin saberlo- la mano ofrecida de Dios.

1 comentario:

  1. siempre que puedo leo en tu blog y siempre me haces llorar, es que escribes tan bonito y lo que más admiro de ti es que despues de todo un dia de labor dura siempre escribes cosas y sobre todo como siempre admiro tus dibujos a cual más bonitos y sobre todo porque hay que entender el mensaje que transmites con el, felicidades sigue siempre asi.te quiero.

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