Hay personas que, en medio de las dificultades y los sufrimientos más grandes, son capaces de luchar por la vida; lo afrontan todo desde la serenidad, apuestan por lo bueno que tienen y generan muchas cosas positivas a su alrededor.
Hay otros que, incluso sin nada que les afecte gravemente, parecen regodearse en las miserias (propias o de los demás), complacerse dándose lástima a sí mismos, encerrándose en la apatía de creer que lo propio es siempre mucho peor que lo del otro y dejándose morir.
En medio de la muerte yo he encontrado a personas rebosantes de vida y muchos vivos que son cadáveres andantes. La vida no es como se nos presenta, es como cada cual decide vivirla…
En unos casos, y también en los otros, está presente Dios, indudablemente. En los primeros de modo más evidente (porque esas personas, con sus vidas, hacen brillar su presencia) y en los otros quizá de una forma más discreta, tendiendo la mano, sosteniendo el sufrimiento, intentando –por todos los medios posibles- llenar de amor esas realidades, colmar de vida la vida.
Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.
ResponderEliminarWinston Churchill (1874-1965) Político británico.
Un abrazo.
¡Indudablemente! Dios nos regala la vida y nos hace libres. Somos cada uno de nosotros los que hemos de decidir qué postura tomar ante ese regalo.
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