Con la llegada del adviento, vuelvo
este rincón de internet. Es verdad que llevo demasiado tiempo sin escribir aquí,
los últimos meses han sido algo difíciles y no me he visto con tiempo ni
fuerzas como para hacer una reflexión y un dibujo a diario. Pero también es
cierto, que he echado mucho de menos este ejercicio cotidiano; aunque absorba
mucho, me resulta muy positivo y necesario.
Y supongo que no hay mejor
momento para volver a esta buena costumbre, que este primer domingo de adviento.
Aunque parece que lo peor ya ha pasado, todo lo vivido a lo largo
de los últimos meses, aún me está pasando factura: lo noto sobre todo en las
fuerzas y en el ánimo, que a veces me flaquean… Estoy seguro de que este punto
de partida es común a muchas de las personas que puedan estar leyéndome esta
noche. Especialmente en estos tiempos de crisis, abundan las situaciones
oscuras, los espíritus ahogados, las lágrimas secas y las almas aplastadas. Es
precisamente en esas situaciones donde más sentido tiene el adviento.
¡Levantaos! ¡Alzad la cabeza! ¡Se
acerca vuestra liberación!
Esas son las palabras que el
evangelio nos dirigía hoy, esa es la razón de mi esperanza, ese es el adviento.
Un anuncio que sólo tiene sentido para aquél que es consciente de su necesidad,
para el que sufre en sus propias carnes o es capaz de sentir el dolor y la
opresión del hermano.
Sea lo que sea lo que te hace daño,
lo que no te deja respirar, lo que parece que va a tumbarte… ¡SE VA A ACABAR!
El triunfo es siempre de nuestro Dios, y Él viene a nuestro lado para
salvarnos.
Lo que pasa es que este Dios del
amor, precisamente por ser Amor, no puede ni quiere imponernos nada, ni
siquiera ese amor que nos hace ser libres y humanos; necesita que nosotros le abramos
la puerta, que le preparemos el camino. No podemos esperarlo de brazos
cruzados, eso no es la esperanza cristiana, es preciso trabajar. Es absurdo
pretender un adviento que, de verdad, nos conduzca a la Navidad, si no estamos
dispuestos a que nuestra vida cambie;
tan absurdo como querer ser libre, pero sin querer soltar nuestras cadenas.
Hace falta despojarnos de todo
aquello que pueda ser un obstáculo (rencores, orgullo, egoísmo, miedo…) y
abrirnos a Él, a los hermanos y nosotros mismos, por medio del servicio, la
fraternidad, la oración, el perdón, la Palabra…
Sólo así podremos permitir que el
Señor cumpla su palabra en nosotros, es la única forma de poderlo acoger y conocer,
de hacer que se haga realidad lo que esperamos: que su amor ilumine lo que no
comprendemos, que su paz nos serene en medio de las tempestades, que su fuerza
rompa nuestras ataduras, que su gracia venza sobre cualquier amenaza, que brille
su justicia y nos comprometa en la transformación de la faz de la Tierra.
Desde esta comprensión, comienzo de
nuevo el camino este año. Contento, ilusionado, lleno de sueños y esperanzas… ¡Feliz
y Santo adviento a todos!
Mucha fuerza en este adviento, Félix, para que no te flaquee el ánimo y puedas infundirla tú más tarde como haces siempre con todos nosotros.
ResponderEliminarSi sigues escribiendo por aquí este adviento, te haremos compañía.
Un fuerte abrazo.
Hola, Felix!!! Me alegra ver que retomas esto. Echaba ya de menos mi pequeño "ritual" nocturno: entrar aquí, ver tus maravillosos dibujos, leer y reflexionar un poco antes de acostarme, que falta hace parar de vez en cuando a pensar un poquito y a poner la cabexita en orden.
ResponderEliminarUn besazo, que aunque no nos veamos, se te sigue queriendo mucho y me acuerdo de tí a diario.
Es inmensa la alegría que me da, el que de nuevo estés con nosotros, compartiendo tus vivencias, reflexiones y acercándonos más a Jesús. Llevas razón y han sido meses de grandes sufrimientos, pero tienes la suerte de tener grandes amigos que te sostengan cuando no puedas más.Iniciar Adviento junto a ti, es no menos que un lujo, así que sólo me queda decirte, que BIENVENIDO y que somos muchos los que te hemos echado de menos y te hemos necesitado.TQ.Bss
ResponderEliminar¡Qué alegría encontrarte de nuevo! Te extrañé mucho, me encanta que hayas retomado este espacio que nos hace estar cerca, acompañando tu vida.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso
¡Qué alegría encontrarte de nuevo! Te extrañé mucho, me encanta que hayas retomado este espacio que nos hace estar cerca, acompañando tu vida.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso