viernes, 26 de agosto de 2011

25 de agosto. QUE DE TI SEA MI ALMA SOÑADORA

Hay algunos amigos míos que se pitorrean de mí porque dicen que soy demasiado feliz, a mí me hace gracia pero la verdad es que ¡es así!

Supongo que ni yo mismo me lo termino de creer del todo, la vocación que Dios me ha regalado supera con creces todas mis expectativas, y últimamente no dejo de darle vueltas al asunto.

Es verdad que lo que hago cada día me gusta y me llena, pero también estoy convencido de que cuando esté en otro sitio, haciendo cosas diferentes, seguiré siendo igual de feliz o más.

Supongo que la razón de todo es lo enamorado que estoy, la pasión que siento, el fuerte abrazo que siento en todo momento y lugar: la intimidad con el Señor. Un amor que sé que no acabará, que lejos de consumirse, se hará más grande cada día que pase.

Muchas veces, personas alejadas de Dios o de la Iglesia se interesan por mi vida y las razones de mi opción… generalmente me cuesta responderles porque pienso que es difícil encontrar un vocabulario común con el que explicarme. Esta noche lo veo de otra manera, ahora me parece muy sencillo… posiblemente la mejor contestación, la más sencilla, el mayor testimonio que todos los cristianos deberíamos dar y vivir es sencillamente ese:

¡estoy locamente enamorado y no he podido (ni querido) evitarlo!


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