domingo, 21 de agosto de 2011

20 de agosto. IRRESISTIBLE
























Otra vez con poco tiempo. La experiencia va llegando a su fin… han sido días extraños, como rara es la sensación de encontrarte rodeado por una masa tan grande de personas con las que te sientes unido, comprendido, cómplice y compañero…días extraños pero muy especiales y necesarios.

Los más jóvenes me decían ayer que todo aquello era un subidón y es verdad, lo es para ellos y también para nosotros los que somos algo más veteranos. Esos momentos de intensidad nos hacen falta, no para demostrar que somos muchos ni que aún tenemos fuerza e influencias sociales, sino para saber que no estamos solos, para abrir la mente y el corazón a la diversidad y universalidad de la Iglesia, para cargarnos de energía unos a otros y dejar que Jesús se haga presente entre todos… para recordar lo locos que estamos todos los que hemos sido seducidos por la locura de nuestro Dios.

Lo que he vivido hoy ha sido distinto a lo de estos días atrás, pero también una fiesta del amor, un homenaje a ese amor de verdad, que puede con todo; que no se agota; que sacia y calma definitivamente todo lo que somos, que es el auténtico sentido de la vida y que, sin ninguna duda EXISTE.

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