martes, 12 de marzo de 2013

12 de marzo. CÓNCLAVE


Hoy quiero soñar, porque sí; porque me apetece; porque lo necesito; porque es un día apropiado para eso….no me importa que me llamen iluso o ingenuo, quiero soñar.

Y sueño con un puñado de hombres buenos, juntos, en una de las habitaciones más hermosas de la tierra. Una sala que llena de arte y humanidad pero llena, ante todo, de Dios. La pienso con sus ventanas abiertas de par en par; iluminada con la luz del Sol que entra a raudales; ambientada por la música de los pájaros; fresca por la brisa del Espíritu.

En el centro de todo, un libro y nada más; uno muy antiguo y usado pero preñado de sorpresa y novedad, que habla de los pequeños, de la Vida y del Amor, de mil regalos preciosos, de misericordia, servicio y humanidad. Fuera se quedaron las máquinas de fotos, las carteras y los carnets; no porque nadie se los haya llevado, sino porque se olvidaron hace mucho tiempo en algún lugar perdido. Ahora, entre esos hombres, sólo el libro de los hermanos, la Palabra del Señor.
 


Voy a soñar que, entonces,  la Escritura devora todos los miedos, las desconfianzas y los resentimientos y en el rostro de esos hombres; marcado por el tiempo, la experiencia y toda una vida entregada; se dibuja una sonrisa joven y sencilla, ilusionada, fiel  y contagiosa.

Esta noche pensaré que, entre nubes blancas que parecen recién bajadas del cielo, todas las puertas  se abren de par en par y esos hombres ofrecen un regalo al mundo, de parte de todas las personas de buena voluntad, de parte de Dios. Para esta tierra nuestra que aún sufre tantas heridas, para todos los que extraviaron la esperanza, los que se tuvieron que esconder de la persecución, los que pasan hambre de cualquier tipo, los amordazados,  los que lloran las cadenas que sus hermanos les han impuesto… un regalo enamorado de humanidad.

Y comienza a extenderse por todos los pueblos, aldeas y ciudades de la Tierra un clamor ensordecedor; en todas las calles, desde cada ventana se oyen canciones y gritos de alegría… son las voces calladas tantos  hombres y mujeres que nunca fueron escuchados: lo que tanto deseábamos, ¡ha llegado aquello que tanto tiempo venimos esperando!

Cuando la injusticia, los fundamentalismos, las crisis y el insomnio nos rodeaban por todas partes, se nos ha mostrado el sendero de la esperanza, que lo nuevo puede ser, que Dios nunca desatiende el clamor de su pueblo…. Se ha hecho vida en nuestra vida, la Palabra.

Eso es lo que esta noche quiero soñar, si te gusta este sueño hazlo tuyo, por favor; rézalo y no esperes a n que otros lo comiencen: empieza tú a vivirlo ahora.

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