Hoy quiero soñar, porque sí;
porque me apetece; porque lo necesito; porque es un día apropiado para eso….no
me importa que me llamen iluso o ingenuo, quiero soñar.
Y sueño con un puñado de hombres
buenos, juntos, en una de las habitaciones más hermosas de la tierra. Una sala
que llena de arte y humanidad pero llena, ante todo, de Dios. La pienso con sus
ventanas abiertas de par en par; iluminada con la luz del Sol que entra a
raudales; ambientada por la música de los pájaros; fresca por la brisa del
Espíritu.
En el centro de todo, un libro y
nada más; uno muy antiguo y usado pero preñado de sorpresa y novedad, que habla
de los pequeños, de la Vida y del Amor, de mil regalos preciosos, de
misericordia, servicio y humanidad. Fuera se quedaron las máquinas de fotos,
las carteras y los carnets; no porque nadie se los haya llevado, sino porque se
olvidaron hace mucho tiempo en algún lugar perdido. Ahora, entre esos hombres,
sólo el libro de los hermanos, la Palabra del Señor.
Voy a soñar que, entonces, la Escritura devora todos los miedos, las
desconfianzas y los resentimientos y en el rostro de esos hombres; marcado por
el tiempo, la experiencia y toda una vida entregada; se dibuja una sonrisa
joven y sencilla, ilusionada, fiel y
contagiosa.
Esta noche pensaré que, entre nubes
blancas que parecen recién bajadas del cielo, todas las puertas se abren de par en par y esos hombres ofrecen
un regalo al mundo, de parte de todas las personas de buena voluntad, de parte
de Dios. Para esta tierra nuestra que aún sufre tantas heridas, para todos los
que extraviaron la esperanza, los que se tuvieron que esconder de la
persecución, los que pasan hambre de cualquier tipo, los amordazados, los que lloran las cadenas que sus hermanos
les han impuesto… un regalo enamorado de humanidad.
Y comienza a extenderse por todos
los pueblos, aldeas y ciudades de la Tierra un clamor ensordecedor; en todas
las calles, desde cada ventana se oyen canciones y gritos de alegría… son las
voces calladas tantos hombres y mujeres
que nunca fueron escuchados: lo que tanto deseábamos, ¡ha llegado aquello que
tanto tiempo venimos esperando!
Cuando la injusticia, los
fundamentalismos, las crisis y el insomnio nos rodeaban por todas partes, se
nos ha mostrado el sendero de la esperanza, que lo nuevo puede ser, que Dios
nunca desatiende el clamor de su pueblo…. Se ha hecho vida en nuestra vida, la
Palabra.
Eso es lo que esta noche quiero
soñar, si te gusta este sueño hazlo tuyo, por favor; rézalo y no esperes a n
que otros lo comiencen: empieza tú a vivirlo ahora.
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