lunes, 28 de noviembre de 2011

28 de noviembre. ESPERANDO

Ayer empezó el adviento, tiempo de espera. Esta mañana, mientras venía conduciendo hacia Salamanca, estaba cansado tras el fin de semana juvenil y  pensaba en que ya me está pasando factura el trabajo extraordinario de este trimestre; en las ganas tan grandes que tenía de que llegase la navidad para concluirlo.
A partir de ahí, como suele pasarme, la cabeza se me ha disparado: lo primero que he pensado es que, aunque fuese por motivos profanos, hacía muchos años que no esperaba la llegada de las fiestas con tantas ganas. Eso me ha llevado a que siempre las aguardo con ilusión, por su significado, por el efecto que tienen en mi vida; eso también esta presente ahora pero, además, por el exceso de ocupaciones, en este momento quiero que lleguen para poder liberarme un poco... ¡me hace falta!
Esto ya me ha puesto frente a la pregunta principal del viaje, ¿es que otras veces, otros años, no me ha hecho falta Jesucristo? ¿lo necesitamos de verdad?
Evidentemente la respuesta es “sí”, pero entonces ¿por qué no he sido capaz de esperarlo con verdadera sed? ¿Cómo es que no he hecho todo lo posible para prepararle el camino y salir a su encuentro? Si ahora hubiese alguna posibilidad de acabar los trabajos pendientes antes de tiempo, de adelantar la llegada del descanso, me agarraría a ella con fuerza ¿por qué no hago lo mismo con mi Señor y con el Reino?




Puede que porque, en la práctica,  no sea consciente aún de toda la falta que me hace; de mi propia penuria; o quizás es que, en el fondo, me asusta que venga mi Dios y me descoloque la vida... que me hago la ilusión del que sólo espera a un bebé dulcecito, rodeado de angelitos y sentimentalismo barato, una navidad cómoda y calentita.
¿A quién espero en realidad?  ¿Necesito que venga el Señor a mi vida? ¿para qué?
............

Comparto desde aquí estas preguntas que me han asaltado en algún lugar de Extremadura, por si acaso no son sólo mías, por si entre todos podemos contestarlas... es adviento, el tiempo más propicio para buscar las respuestas.

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