No quiero meterme en política, pero tampoco puedo ignorar lo que parece que está pasando en nuestra tierra: la gente está empezando a salir a la calle y protestar.
Independientemente de los motivos que esgrimen o de si tienen razón o no; que como digo, no creo que sea cuestión de juzgar aquí; reconozco que me resulta esperanzador ver que las personas, de vez en cuando, son capaces de movilizarse por una razón que no sea deportiva; que, a veces, somos capaces de sacudirnos la modorra y alzar la voz. Lo malo, la violencia de unos pocos que siempre acaba apareciendo en estas cosas y las manipulaciones de los “espabilados” que quieren apuntarse el tanto.
He estado “bicheando” noticias y videos por internet y no he podido recordar otros movimientos parecidos en los que intervine directamente… me acuerdo de las acampadas por el 0,7%, por ejemplo.
En aquellos años juveniles, fui de los primeros en presentarme allí con mi saco y mi tienda de campaña. Al principio éramos poquitos pero muy concienciados; cuando la cosa se fue haciendo popular aumentamos muchísimo en número, pero pronto empezaron a aparecer las manipulaciones de los que querían llevarse el ascua a su sardina (medios de comunicación, partidos políticos, algunos con pretensiones de popularidad…) y el ambiente se acabó enrareciendo.
Hoy ya nadie se acuerda del 0,7 % o de la condonación de la deuda externa… supongo que estas cosas tienen mucho de moda también, pero a pesar de todo, tienen su valor. Estos clamores populares que de vez en cuando se repiten, me fortalecen en la esperanza de que nada está perdido; que las gentes aún conservan ciertos valores; que los pueblos no siempre son tan manipulables y que el mundo puede cambiarse.
Para nosotros, los creyentes, esta certeza no puede ser pasajera; debería estar poderosamente presente en nuestra cabeza y en el corazón todos los días, en cada gesto y acción.
En el terreno de la fe también recibía noticias de ciertos comentarios irrespetuosos e injustos que se lanzaban sobre un hermano mío. Una vez más tenía que aceptar que hay quien, en nombre de Dios, machacan a las personas sin la más mínima misericordia… se me hace duro hacerlo, pero eso tampoco puede acabar con nuestra fe en el ser humano, la pasión por el Evangelio, con el sueño de Dios para nosotros.
Así era para Jesús de Nazaret, estaba convencido no sólo de que el Reino era posible, sino de que ya era una realidad. A pesar de las críticas, el peligro, la persecución, las decepciones y la traición, vivió, predicó y amó desde ese convencimiento.
Creer en Jesucristo implica también que nosotros vivamos con esa confianza; no nos comportamos igual cuando sabemos que algo es posible y cercano que cuando pensamos que, en el fondo no hay nada que hacer, que no podemos.
Por eso, pese a todo, es preciso CREER; creer en la bondad de la creación; en la de las naciones; en la de todo ser humano… vivir y actuar seguros de que se puede hacer de este mundo un sitio mejor, más libre, más justo, más de Dios; que ya está ocurriendo.
Que esta vida tiene que ser una fiesta de servicio, entrega y fraternidad para todos los hombres y mujeres de la tierra; que no es una mera ilusión o un idealismo juvenil, sino que ya está aquí… no es cosa nuestra, es de Dios y su amor gratuito, a nosotros lo que nos corresponde es sólo mirar y darnos cuenta.
Es la "caridad política" de la que hablan algunas. No basta con saber que, porque Él está con nosotros las cosas pueden ser mejores, sino que los y las creyentes tenemos que mojarnos, ponernos manos a la obra y trabajar para que otro mundo más humano y más justo sea posible ya, aquí y ahora. ¿No es eso que el Reino de Dios ya está entre nosotros?
ResponderEliminarEstoy convencida de que entre esos que se han echado a la calle reclamando una democracia real hay más de uno y más de dos cristianos convencidos y activistas del Reino.
Lamento no compartir tu opinión. Magnífica la participación activista de aquel 0,7%; pero pienso el movimiento que estamos viendo estos días llega con muchísimos meses de retraso, y con una gran manipulación. Sin ir más lejos en el tiempo, ¿dónde estaban esas personas apoyando a los arriados que hemos tenido en España desde el pasado otoño hasta la semana pasada? ¿dónde cuando se han aprobado leyes que permiten matar a seres inocentes? ¿dónde cuando se puede robar con total impunidad si tienes un carguete en política? ¿dónde cuando... etc,etc?
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