He estado hablando con alguien que me ha dicho una cosa impresionante; me hablaba de las dominicas y de cómo sentía que, a una de ellas, le debía la vida.
No he querido meterme donde no me llaman y no le he preguntado más, pero no he dejado de recapacitar sobre eso.
No sólo porque me sienta orgulloso de mis hermanas, que lo estoy y cada día más, sino porque me parece bonita esa idea, pensar que le debemos la vida a otros.
Puede que no haya sido de una forma extraordinaria o heroica, pero supongo que todos tenemos otros a los que le “debemos la vida”; posiblemente incluso haya también alguno que siente que nos la debe a nosotros.
Hombres y mujeres que, cuando pensamos en ellos, en la acción de su mano en nuestro barro, nos hacen pensar ¿qué habría sido de mi vida sin ti?
Aquellos que llegaron a nuestra casa cuando nosotros ni siquiera sabíamos que los estábamos esperando; que nos alumbraron, nos enseñaron, nos sostuvieron; que curaron las heridas de nuestro corazón, que nos enseñaron el Sol, que cambiaron para siempre el rumbo de nuestros pasos, que orientaron nuestra sed y quitaron el polvo a nuestra risa… que caminan para siempre con nosotros.
Yo, verdaderamente siento que sí debo mi vida; a ellos y al Dios que involucró nuestras almas con el nudo del amor.
Así que soy deudor, y si no quiero que “el cobrador del frac” se instale en las puertas de mi alma, tengo que vivir devolviendo lo que se me ha dado… incluso ¡me importa un pimiento ese señor del maletín!, necesito hacerlo, porque quién me da la vida, deja una huella eterna en lo más íntimo de mi ser y lo conforma.
Vivir endeudados hasta las orejas, hipotecados en el amor, afrontando los plazos que cada día nos presentan otros que, como nosotros una vez, está golpeado, en el olvido, sin caminos ni metas que alcanzar, con el corazón frío y hambriento… con la inmensa alegría de saber que nunca podremos saldar el descubierto.
Vivir siendo… “empeñados” del amor, “morosos de Dios”
Me encanta la imagen de hoy: el colorido, la simbología... Deberías explicarlo un poco más. En tu Comunidad El Levantazo hemos aprovechado algunas imágenes y comentarios tuyos este pasado mes de marzo para orar. Es una pasada lo que evocan tus obras, que no me gusta llamar dibujillos, como tú sueles hacer. ¡Gracias artista!
ResponderEliminarA mi me suena a esas dos personas unidas por un amor que los serena, que los ha hecho encontrarse en un camino cercano, que los anima a seguir avanzando, que debe reproducirse en más amor para otr@s.