viernes, 5 de agosto de 2011

5 de agosto. Y TÚ ¿QUÉ PINTAS AQUÍ?

Durante toda esta semana estoy liado pintando unos carteles tremendos para una actividad que la familia dominicana ofrecerá en Madrid en el contexto de la jornada mundial de la juventud. Paso las horas solo, en un local de la parroquia que tiene la amplitud necesaria para trabajar en esos dibujos de tanta envergadura; me gusta pintar y esos ratos son de oración y verdadero placer para mí, aunque uno ya tiene una edad y la espalda y los riñones se resienten de las posturas que tengo que poner para alcanzar cada rincón del papel.

En medio de esa faena me ha llegado un correo que nos pone al tanto de las tareas que está realizando cada persona que intervendrá en el acto; son gente de todas las ramas de la familia: religiosas de vida activa, monjas, laicos y frailes. Igual que yo con mis pinceles, cada uno, desde un sitio diferente, está volcado en lo que les corresponde: unos preparando sus intervenciones, otros coordinando, con los aspectos técnicos, preparando el lugar… en fin, una pluralidad de capacidades y servicios que, desde muchos lugares funciona organizadamente para conseguir un solo fin: el acoger y ofrecer Evangelio a todos esos jóvenes hermanos que vendrán desde todos los rincones de la Tierra.

Además, sé que lo mismo está ocurriendo en otras familias religiosas, que preparan ese tiempo de encuentro con Dios y los hermanos lejos del despilfarro o las vanas demostraciones de poder.

Leyendo el correo, la imaginación se me ha escapado; he pensado en todos ellos; los he visto esforzándose; con la misma ilusión que tengo yo; dejándose el tiempo y los riñones; trabajando con austeridad para dar gratis lo que gratis se ha recibido.

Y me he emocionado, porque veo hecho realidad aquello de la sal y la luz; ese cuerpo que tiene muchos miembros distintos y a Cristo a la cabeza; la parábolas del granito de mostaza o la levadura; el milagro de la multiplicación de los panes…



En realidad, no es tan difícil darse cuenta de que el Evangelio no es un mañana sino un hoy, presente y real; que se cumple a nuestro alrededor. Es verdad que el trigo está rodeado de cizaña casi siempre, que son muchos los elementos –dentro y fuera de la Iglesia y de nosotros mismos- que pueden distorsionar la percepción de la maravilla de Dios en nosotros, pero lo cierto es que está aquí y con mucha más fuerza de lo que podamos imaginar… ¡sólo hay que fijarse bien!

2 comentarios:

  1. Yo..., no pinto nada!!
    Tendrías que explicármelo; pues no estoy de acuerdo con este 'Encuentro'...ese descomunal gasto, cuando por otro lado la humanidad se muere de Hambre:...y nosotros no le damos de comer.
    Me parece maravillosa esa cooperación, esa unión...
    Quizás estoy haciendo de cizaña en ese trigal; pero no lo entiendo.
    L.

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  2. Tampoco yo estoy de lleno en ese encuentro en cuanto a ostentosidad económica te refieres. Pero tal vez desde otra óptica sí que le veas sentido.¿Por qué hacemos cientos de kilómetros para ver en concierto a nuestro grupo de rock, o de lo que sea, favorito; nos quedamos tres días con sus noches correspondientes haciendo cola para sacar las entradas para el concierto, o para la final de una gran "competición" y nos enorgullecemos de ello?
    Sí, criticamos los superfluos gastos que van a suponer a nuestro país. Pero... ¿no vemos los beneficios materiales que le va a aportar? Cuando el año pasado vino a España la esposa del presidente norteamericano... NADIE se quejó de toda la "movida" que se hubo de organizar.¡Ni de la publicidad gratuita que supuso para el país!
    Y sin hablar de lo económico... ¿por qué no se escatiman esfuerzos para animar y alentar a nuestro equipo de fútbol PERO CUANDO SE TRATA DE LA FE, DEL ESPÍRITU, SÍ QUE HAY QUE SER CAUTOS?.
    Y te repito L que yo ni iré a Madrid, ni en casa vamos a acoger a ningún hermano en la fe. Pero sí que acepto que se exprese libremente y a nivel mundial unos sentimientos y creencias. Tal vez haga falta no avergonzarnos y hacer públicos nuestros sentimientos religiosos.

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