jueves, 3 de marzo de 2016

GETSEMANÍ INTERIOR


 
Llegados al lugar llamado Getsemaní, dijo a sus discípulos: -Sentaos aquí mientras yo voy a orar.
Tomó con él a Pedro, Santiago y Juan y empezó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: -Siento una tristeza mortal; quedaos aquí velando. Se adelantó un poco, se postró en tierra y oraba que, si era posible, se alejara de él aquella hora.  
Decía: -Abba, Padre, tú lo puedes todo, aparta de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Volvió, y los encontró dormidos.
(Mc. 14, 32-37)
Y los encontró dormidos, en el momento más difícil de su vida, los amigos se durmieron… el sufrimiento de aquella hora se vistió, además de soledad.
Todos, detrás de nuestras sonrisas y fachadas tenemos un Getsemaní, un dolor, una preocupación que vivimos sin comunicar.
 
Muchos siguen hoy descubriendo que la mayoría “duerme” ante su dolor….
Sin embargo ni Él, ni tú, ni yo y mucho menos ellos, estamos nunca solos.
 
 
 
 
 

NIKODEMOS


NIKODEMOS
HOY TENGO GANAS DE SENTIR

(Fran Álvarez)

Hoy tengo ganas de sentir

todo tu gran amor

y ofrecerte, desnudo, mi verdad.

Perdón, Jesús, confía en mí,

abrázame mi Dios,

no me dejes morir ni un día más.

 

Hoy volveré a llamarte luz

desde mi oscuridad

y tu voz en la noche sentiré.

No buscaré otro mar azul

que no sea tu mirar.

De tu vientre de amores naceré.

 

Y desde tu cruz abrazarte siempre,

alcanzar tu luz desde el corazón,

Tú serás mi canto de amor,

mi refugio y mi paz

cuando nazca el sol.

LA HISTORIA


LA HISTORIA
CREDO DEL SUFRIMIENTO
(Cerro Chaves)
Creo que el sufrimiento no lo quiere Dios
que es el Padre
y quiere lo mejor para sus hijos.
 
Creo en la Ternura de Dios,
que permite el dolor
para sacar de él
un mayor provecho para nosotros.
 
Creo en el valor salvífico
del sufrimiento humano,
que, unido al de Jesús,
es colaborar a construir
la civilización del amor.
 
 
Creo en Jesús, varón de dolores,
de Corazón abierto,
que aceptó el sufrimiento
y venció por amor
al dolor, al pecado y a la muerte.
Creo que la cruz desde Cristo,
puede convertirse
en una declaración de amor
como la vivió Jesús.
 

RESURRECCIÓN


 
RESURRECCIÓN

TÚ ERES PASCUA

Eres Pascua,

aunque tus proyectos fracasen,

si mantienes la confianza en hombres y mujeres

y dejas a dios ser Padre y Madre.

Eres Pascua,

aunque tu vida parezca estéril,

si te sientes habitado por tu presencia amiga

que misteriosamente te acompaña y salva.

Eres Pascua,

aunque en nada destaques,

si bebes en sus manantiales

y te conformas con ser cauce, simplemente cauce.

Eres Pascua,

aunque andes errante,

si compartes lo que tienes

y despiertas alegría en otros caminantes.

Eres Pascua,

aunque seas débil y torpe,

si escuchas su palabra serena y abierta

Soy yo, no temas y la guardas

Eres Pascua,

aunque tus manos estén vacías,

si te abres al otro, el que sea,

y le dejas que ponga tu corazón es ascuas.

Eres Pascua,

aunque no lo creas,

aunque te rompas en mil pedazos, aunque mueras en primavera…,

porque Él pasa y te libera.

PIEDAD BLANCA


PIEDAD BLANCA.
 
ALGO QUE LLAMAN AMOR
(Fran Álvarez)


Que no me falte tu voz, Señor,

cuando todos se hayan ido,

ni tus manos en mis manos,

ni tu credo en mis latidos.

Que es mucha la soledad, Señor,

cuando caigo en el olvido

de la risa y de los labios,

del te quiero y su sonido.

Que no me falte tu luz,

Señor, cuando me sienta perdido,

ni tus ojos en mis ojos,

ni tu fuego en mis sentidos.

Que es mucha la distancia, Señor,

cuando te encuentras herido

de algo que llaman amor

y que, en el alma, te ha mordido.

LIBRE


TESTIMONIO DE PIERRE CLAVERIE, OP

 

(Fragmento de una homilía pronunciada por el obispo dominico Pierre Claverie, en Prulla, sur de Francia, semanas antes de ser asesinado en Orán)

 

        Desde que comenzó el drama argelino, me han preguntado a menudo: ¿Qué hacéis allí? ¡Regresad a casa sacudiendo el polvo de vuestras sandalias!... ¿Dónde está nuestra casa? Estamos allí a causa de este Mesías Crucificado, no por otra cosa ni por ningún otro. No tenemos intereses que salvar, ni influencias a mantener. No nos sentimos empujados por no se qué perversión masoquista o suicida. No tenemos ningún poder, pero estamos allí como en la cabecera de la cama de un amigo o de un hermano enfermo, en silencio, cogiéndole la mano, secando el sudor de su frente. A causa de Jesús, porque es él quien sufre allí, en esa violencia de la que nadie escapa, crucificado de nuevo en el cuerpo de miles de inocentes. Al igual que María, su madre y san Juan estaban allí, al pie de la cruz en que Jesús muere, abandonado por los suyos y ocasión de burla para la gente. Para el cristiano, ¿no es esencial estar presente en los lugares de sufrimiento, de menosprecio, de abandono…?

 

Dar la propia vida es eso y nada más. En cada decisión, en cada acto, dar concretamente algo de sí mismo: el tiempo, una sonrisa, la amistad, alguna habilidad propia, una presencia aunque sea silenciosa o impotente, una atención, un apoyo material y espiritual, una mano tendida… sin cálculo, sin reserva, sin miedo a perderse.