Muchas veces la gente que me quiere me dice que tengo que poner un orden en mi vida, que quiero asumir demasiadas cosas, que tengo que aprender a decir que no. Hoy ha sido un día de esos en los que siento que no puedo con todo, que me encuentro desbordado y fallo; una vez más, los más cercanos pagan mis platos rotos.
Así que, de nuevo me lo planteo, tengo que priorizar…pero ¿a qué o a quién le digo que no? Ahora mismo, además de los compromisos de la parroquia, tengo un montón de dibujos encargados; mil llamadas que quisiera responder; estoy liado con un trabajo que –sobre el curso de la semana pasada- tengo que presentar; preparo unos ejercicios, las pascuas juveniles… esa es la situación, comprendo que debería ser capaz de poner unos límites, pero no sé cómo.
No es que me crea imprescindible en ningún sitio, por supuesto, pero es que uno no trata con papeles o estadísticas sino con personas, con rostros concretos con los que debo y quiero estar.
Es la cuestión del día, la mía de siempre… mis pobrezas e incapacidades. En días como este sólo puedo ponerme en manos de mi Dios, dejar que sea Él el que realice la obra, pedirle que me ayude a estar, cada vez, un poco más a la altura de la vocación que me ha regalado.
Hoy os presento este dibujo: la mies es mucha, los obreros pocos.
Un campo cargado de labores que necesitan atención, esperanzas en forma de estrella; lágrimas y dolores; los frutos de sangre que producen las injusticias y violencias del mundo; las dudas y desconocimiento de las personas…
Atendiendo a todo ello obreros anónimos que se esfuerzan pero que tienen también en su interior la espiral de la limitación; sobre el conjunto, la oración y el rostro de Jesús, que cuida constantemente de todo.
¡Hay tanto por hacer!, ¡son tantas las posibilidades que hay ante nosotros!… sólo Dios puede ayudarnos a ser conscientes de ello y, desde luego, el único capaz de hacer de nuestras vidas, una respuesta cierta y eficaz.
No te conozco Fray, y te agradesco que compartas tus reflexiones, ánimo en lo que te toca hacer, ¡tu trabajo es valioso! me gustan mucho tus dibujos y los aprovecho en la pastoral con los jóvenes..
ResponderEliminar¡Deshacerse sí; quemarse,no!
ResponderEliminarHace muchísimo que vemos la famosa cita en pegatinas múltiples con la cita "¿Qué importa deshacerse cuando el servicio es amor?".
He ahí la respuesta.El Amor es fructífero y se multiplica (al dividirse-deshacerse) llegando a otros que lo volverán a multiplicar nuevamente; con él se llega a mil y un lugares, a millones de almas que lo necesitan, cada una de diferente forma, pero las cuales lo transmitirán también de una u otra manera.
¡Ánimo!¡No desfallezca! Que está haciendo mucho bien. Con un "empujoncito" del Espíritu Santo todo se consigue. Pero..., a veces....., hay que saber decir que no.
ResponderEliminar¡Ánimo! ¡No desfallezca! Que nos está haciendo mucho bien. Con un "empujoncito" del Espíritu Santo todo se va solucionando, aunque, a veces, hay que saber decir que no, porque como humanos tenemos unos límites.
ResponderEliminarTe descubri hoy... y sofri contigo por lo tanto que quieres y por no llegares. Hay que saber decir no, pero no lo decimos, no sabemos decirlo, ni tu ni yo. Queremos mucho...
ResponderEliminarTe tengo presente em mis oraciones, para que el Espirito y la Fuerza del Padre te ayuden. Un abrazo muy grande y fuerte. Ya sabes que te quiero mucho.