Así, a lo tonto, a lo tonto, ya hemos hecho dos meses de blog. Aquella idea loca que surgió en el encanto de una noche con unos buenos amigos, es ahora una realidad que cumple dos meses y que, además, me tiene entusiasmado.
En estas semanas, el blog ha recibido nada menos que cinco mil visitas, personas que han entrado desde muchos rincones diferentes del mundo, Europa, Asia, América y África…
En otras ocasiones he comentado ya todo lo que este rincón cibernético me aporta a nivel personal. Más allá de eso, me fascina esto de internet; el pensar que – además de mis amigos y conocidos- gentes a las que no conozco, con otras culturas y circunstancias, dedican un ratillo de su tiempo a este espacio, me hace sentir muy honrado y satisfecho.
Me parece bonita la idea de sentirme unido a tantos hermanos y hermanas; me surgen preguntas sobre sus vidas, sus trabajos, sus experiencias, sus dificultades y satisfacciones, sus relaciones con Dios…
De alguna forma “Ilustrando…y Dios” también me ayuda a tener presente la catolicidad de la Iglesia; a no olvidar que mi fe va mucho más allá de mi pobre experiencia personal; que Dios es respuesta y plenitud en circunstancias tremendamente diferentes; la riqueza que supone esta realidad para todos nosotros.
Es necesario que no nos olvidemos nunca de eso, que Dios siempre es más grande que lo que yo conozco y vivo de Él; que existen otras perspectivas y experiencias de fe tan válidas como las mías; que todas ellas, lejos de ser una amenaza, son una posibilidad de crecer y profundizar en su amor.
Tú me puedes mostrar lo que yo aún no he descubierto de Dios; llegas a donde yo nunca podré; eres lo que a mí me hace falta para “ser”… sólo estando juntos podemos predicar con Verdad la Buena Noticia del Señor. Un Dios que es trinitario, diversidad y unión.
Por eso me atrevería a invitar, a quien pueda pasar por estas páginas, a que interviniese con sus comentarios en el blog; me gustaría que cada día fuese más amplio y participado; que compartamos nuestras realidades y vidas, ponerle dibujos a todas ellas.
Pocos saben que habitualmente suelo enviar comentarios personales al autor del blog “Ilustrando y Dios”, comentarios que él no publica porque a su entender son irrelevantes.
ResponderEliminarY es cierto, siempre lo son, y desde luego mi pretensión no es la publicación, sino la comunicación con el autor, con quien personalmente me une una amistad de la que un día ya habló él.
Para mi este blog ha supuesto, al menos, tres novedades: La primera, añadir una rutina más a mi día a día. Y es que, mientras desayuno y leo las noticias del día también aprovecho para leer “Ilustrando y Dios” y bajarme cada uno de los dibujos.
Lo segundo, saber de su autor, a quien, es público y notorio, adoro. Porque igual algunos/as lectores/as no lo saben, pero… aunque por aquí refleje una imagen de… ¿serio?... aún no he conocido a nadie en este mundo con quien yo me pueda reír más.
Y lo tercero, ha supuesto una nueva visión de la predicación. Hoy el autor nos propone colaboraciones. A mi me encantaría ser tan buena como él en esto, así que no me voy a comprometer, pero… ¿quién sabe? Tal vez las visiones de diferentes personas y profesionales sobre el mundo, puedan acercarnos más a Dios, Padre y Madre, por “hablar de él”.
Ayer, sin ir más lejos, asistí a un juicio en el que el acusado se enfrentaba a una pena de privación de libertad de seis años por un delito de malversación de fondos públicos. Lo fácil es pensar que era un político, pero no, es un lotero que “presuntamente” se ha apropiado de casi 80.000 € de las arcas del Estado. Cuando salimos de escuchar sus declaraciones todos jugábamos a saber si era o no culpable, bueno o malo, y yo sentí, de repente en aquella espiral de opiniones, valoraciones y sentencias, que jugábamos a ser Dios-Juzgador, y en silencio me compadecí de aquel hombre, a quien yo percibí desvalido, frágil y roto y que se enfrentaba a: un juez, una fiscal, un abogado del estado y un jurado popular, además de la opinión pública, porque el juicio ha salido en prensa. Y pensé que no quería ser una persona “opinadora-sentenciadora”. Y estoy segura que este sentimiento dominicano de compasión, de ser capaz de ponerme en el lugar de quien lo está pasando mal, no es mío, sino que viene de Dios, de ese Dios que predicamos y que nos hace situarnos en la vida desde otro lugar.
En fin, espero haber podido colaborar a lo que pide el autor.. hoy tenía ganas yo de hablar de ese Dios/compasión.
Uf¡¡¡ si todo el que escribe aquí, incluido el autor, escribe así de bien, entendería que nunca más publicaras nada mío. No tengo ese don...
ResponderEliminarCoincido mucho con el comentario anterior. Para mi también leerte forma ya parte de mi rutina. Yo lo hago ahora, cuando los niños ya duermen. También me bajo las foto.Llevaba tiempo queriendo decírtelo pero no encontraba el momento. Siempre que lo hago pienso:" éste, cuando llegue el momento lo pondré en la clase y se lo explicaré a mis alumnos".Y eso lo pienso todos los días con todos los dibujos.
En clase ya tenemos internet( ¡cómo hemos avanzado¡¡) y estoy pensando enseñarles el blog a mis enanos, seguro que les encantará.Son pequeños pero llegan a dónde uno ni se imagina a veces...
Bueno, también coincido con el comentario anterior en que te quiero un montón y que me encanta reirme contigo, además a carcajadas de las grandes.
Lo dicho, que me encanta ser una seguidora fiel de tu blog.
Buena noches