lunes, 26 de septiembre de 2011

25 de septiembre. MANOS

Hoy me he reencontrado, tras el paréntesis del verano, con las parejas de mi equipo de matrimonios, más que el consiliario ¡soy su niño! Jejejeje… y me siento muy privilegiado de que me hayan permitido acompañarles en la vida.

Otra comunidad que me demuestra que esto del Evangelio es verdad, que está ya aquí y muy vivo; que me hace enorgullecerme de ser Iglesia; que fortalece mi esperanza.

No se me va de la cabeza la forma asombrosa en la que Dios se hace presente en la vida, su insistencia, ese coqueteo constante que se trae con nosotros intentando incansablemente que le prestemos atención, que le abramos la puerta…

Habrá quién no se dé cuenta de sus sonrisas cómplices, de sus miradas enamoradas, de los besos ardientes que nos lanza desde todas partes, en todos los momentos, lo sé, pero a mí –al menos en estos momentos de mi vida- no se me pasan desapercibidos la mayor parte de ellos.

Me llegan sin cesar, desde los muchos y preciosos hermanos que me regala y en la misteriosa intimidad del corazón… en las manos que, dentro y fuera, se ofrecen, acarician, se abren, rezan, reciben, aplauden, trabajan, sostienen…




Soy consciente, los recibo maravillado aquí y allá, pero otra cosa diferente es que sea verdaderamente capaz de recoger todo ese amor que, copiosamente se derrama sobre mí.

 Quisiera ser capaz de acogerlo completamente, de desnudarme entero y quedarme vacío de todo para poder llenarme por completo de ese amor y dejarme transformar  de verdad y para siempre.


1 comentario:

  1. Yo también los noto, digo, sus coqueteos y sus miradas cómplices. Parar un segundo, respirar y sentir que está. Aquí mi Dios estoy. He venido a hacer tu voluntad.

    PMD, sé que no cesa tu mirar de enamorad@ hacia tus Bienaventurad@s... Permíteles tu respiro, tu presencia generosa, tu Paz, tu aliento, tu complicidad extrema... ayudanos a vivir con ell@s, cerca, muy cerca.

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