jueves, 17 de enero de 2013

17 de enero.PARIR



Vuelvo a estar a pleno rendimiento tras el bajonazo de hace dos días, aunque me temo que –dadas mis circunstancias- esto de la tesis va a ser duro: todo un parto del que, el bloqueo que acabo de sufrir, no ha sido más que una de las primeras contracciones.
Desde que nació mi sobrino, suelo utilizar mucho ese ejemplo, el de un alumbramiento, para explicar que se puede estar padeciendo grandes dolores sin que eso te prive de la felicidad; que cuando sabes que el mal que sufres tiene sentido, es para algo hermoso, es un dolor alegre, como el de una madre que pasa por lo que sea contenta y deseosa de contemplar pronto el rostro de su bebé.
Así que supongo que, salvando las distancias así estoy yo: de parto.
Los frailes de esta casa me dicen que es normal en este tipo de trabajo intelectual, que a veces llegan etapas de sequedad… imagino que como en todo en la vida… así que, seguramente, lo importante es no olvidarte del por qué de aquello que realizas, trabajas, a lo que te entregas y amas; cuando llegue la travesía por el desierto o las tormentas de cada cual, debe ser el momento de pensar en lo que está naciendo de ti, de agarrarte a esa  imagen que, como un recién nacido, te sonreirá y tendrá tus ojos o tu nariz… seguirá doliendo, sí, pero ya de otra forma.

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