domingo, 10 de julio de 2011

9 de julio. LOS GRITOS DE LAS RANAS

Hace unos días llegó a mis oídos un halago que me gustó especialmente, era algo que nunca me habían dicho antes y, para qué negarlo, no solo me hizo sentir muy complacido, sino que, además, está produciendo en mí algunos efectos positivos.
Aquellas palabras que, seguramente, alguien pronunció sin darle apenas importancia, me están ayudando a creerme capaz de algunas cosas, a ilusionarme con ciertas posibilidades que nunca había considerado.
Esto me recuerda una historietilla que este año hemos usado con los niños de catequesis. Es el cuento de dos ranas que se caen en un pozo. Nada más descubrirse en aquellas profundidades, las dos comienzan a saltar desesperadamente tratando de salir del agujero.
Desde la superficie muchas otras ranas comenzaron a gritar diciendo que ni lo intentaran, que estaban sentenciadas porque aquel pozo era demasiado profundo; que nunca y de ninguna manera conseguirían salir de allí.
Al oír la voz de aquellas compañeras, una de las ranas desgraciadas, dejó de saltar, se abandonó resignada y convencida de que la única opción era dejarse morir. Pero la otra rana no, todo lo contrario, cuanto más fuerte gritaban las ranas de fuera, más alto y convencida saltaba ésta, y así hasta que alcanzó la libertad y salió de la trampa.
¿¡Cómo es posible!? Dijeron todas ¡¿qué has hecho para conseguirlo?!.
Soy sorda y no podía oír lo que me gritabais, respondió la rana victoriosa, pero solo de veros en la boca del pozo, chillando y animándome, me daba las fuerzas y el coraje que necesitaba para luchar sin desfallecer. Gracias a vosotras y a vuestros ánimos he conseguido salir.
Algo así me ha sucedido a mí con mi piropo, de alguna forma nos ocurre a todos. Nos guste o no, nos afecta lo que los otros nos dicen; lo que desde fuera nos transmiten.
Todos tenemos un montón de ranas alrededor que chillan sin parar, que nos gritan distintos mensajes, algunos positivos que nos ayudarán a crecer y otros más pesimistas, ante los que tenemos que aprender a hacernos los sordos.
Nosotros mismos ¡somos ranas!, lo somos para los demás ¿Cuál es nuestro grito? ¿Qué es lo que proclamamos al otro con nuestras voces, con la misma vida?

2 comentarios:

  1. Creo que los mensajes pesimistas muchas veces vienen de personas que han dado mucho y no han recibido nada a cambio, personas que se han cansado de luchar, personas que se posicionan en el lado más duro por miedo a aceptar una realidad...pero son ranas que han amado muuucho. Esas ranas son negativas porque necesitan que alguien les devuelva la esperanza, como la que se muere en el fondo del pozo. Si no encuentran esa otra rana que les grite con amor..se mueren.
    Otras ranas son positivas, tienen fe en el amor de los demás y aunque lo ven difícil siguen saltando con la esperanza de un día poder encontrarse con sus amigas.
    Pero creo que hay otro tipo de ranas que no están sordas y que no mueren, que lo que necesitan es salir del pozo para demostrar a sus amigas que con esfuerzo y amor al final, algún día encontrarás el resultado de tanto amor, igual no es como esperabas o deseabas, igual el amor te vuelve con otras formas y colores pero el Padre siempre está contigo. Preciosa y sencilla historia que genera una profunda reflexión sobre cómo actuamos ante diferentes situaciones en nuestra vida. Me quedo con la rana positiva aunque eso conlleve un gran esfuerzo por gritar siempre QUE SOMOS CAPACES DE TODO LO QUE NOS PROPONGAMOS SI NOS VALEMOS DEL AMOR... y eso no siempre es fácil eh?

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  2. "Te robo" el cuentecillo de la rana que me viene genial... Gracias por tu blog, ¡¡¡me encanta!! y tus dibujos son ¡¡maravillosos!.
    Abrazo en el Señor

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