martes, 12 de julio de 2011

11 de julio.HÁGASE TU VOLUNTAD...

Por mucho que Dios se hace presente en nuestro camino; por grande que sea su paso por nuestra historia… mira que a nosotros nos cuesta entender la voluntad de Dios…

Siempre nos vemos afectados por un sin fin de cosas, las tentaciones; la sed de afecto, de ser reconocidos; nuestros temores, los complejos que todos tenemos… Lo suyo es poder pararnos a rezar, a dejar que Dios nos ilumine y nos ayude a ir separando, deshaciendo toda la maraña de factores que nos influyen; clarificando las situaciones o los diferentes problemas que nos confunden; a ir poniendo cada cosa en su sitio y despejar entre todo eso su presencia, a ver con claridad cual es su proyecto.

Pero la vida no siempre te brinda esa oportunidad, en muchas encrucijadas no tienes la posibilidad de detenerte, no cuentas con ese tiempo precioso que te haría falta para poder discernir. Hay pasos, opciones, que hay que tomar sobre la marcha, caminos que no pueden interrumpirse, que han de continuar con prisa y decisión.

En una de esas me he encontrado yo: se cree uno que ha resuelto las cosas, que lo ha hecho mirando a Dios, que ha actuado como debía y, después, resulta que no; que nada resulta ser como creías, que lo planeado se pone patas arriba y que hay que volver a tomar decisiones y, esta vez, rápidamente.
Cuando estás así, desconcertado y con la presión que te impone la vida, no puedes evitar que del corazón te brote una pregunta: Pero, entonces, ¡¿Qué es lo que quieres?! ¡¿Qué es lo que debo hacer?!
Sientes como si Dios estuviese jugando contigo, como si fuera un niño travieso; y le pides a Dios que se aclare, cuando, en realidad, eres tú mismo el que necesita hacerlo...
Pero no hay tiempo para eso.

¿Qué pasa entonces? Pues en mi caso, creo que no te queda otra más que confiar otra vez, pero en esta ocasión de una forma nueva, más intensa aún si cabe. No has pasado tu decisión por la oración; no tienes esa certeza; tampoco tienes muy claro si estás haciendo lo acertado… sólo puedes apostar, agarrándote a la seguridad de que Dios está contigo y de que, pase lo que pase, así será: Él no te abandonará.

La vida se compone de millones de decisiones, de infinidad de opciones grandes y pequeñas; precipitadas y serenas; más o menos conscientes y que tomamos sin cesar. En todas y cada una de ellas se va definiendo nuestro camino, a grandes golpes o poquito a poco, orientan nuestro horizonte. Es ahí donde está lo importante, en el camino entero; en las metas; en la ilusión y el esfuerzo que le ponemos.

Y es ahí, en la totalidad de nuestro recorrido, donde siempre tenemos la posibilidad de estrechar lazos con nuestro Dios; donde nunca nos faltará el tiempo ni nada de lo que necesitamos para crecer en la fe, en intimidad con Él; para dejar que el Señor nos guíe. Donde, más allá de los aciertos o las equivocaciones, podemos encontrar en abundancia todo lo necesario para hacer que el nuestro sea un recorrido desde, hacia y en el amor.

2 comentarios:

  1. Cuanta razón... la vida del cristiano es un salto al vacío muchas veces, da miedo, pero así aprendemos y tenemos la certeza de que Dios nos cuida. Se trata de aprender a vivir desde la providencia

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  2. Qué dibujo tan intenso, precioso, impactante por el colorido, por lo que transmiten el rostro de los jóvenes, las cadenas, la balanza,la paz, el amor, la luz, ... así me siento yo cuando estoy en esa maraña. GRACIAS: Hágase TU VOLUNTAD

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