martes, 26 de marzo de 2013

26 de marzo. SENSIBILIDAD Y SENTIDO


Esta Semana Santa, hemos recibido en el convento a un jovencísimo prenovicio que pasará estos días con nosotros para echar una mano en la parroquia. Anoche, salimos a ver algunas procesiones, entre las que estaban algunas del barrio donde crecí. Hacía bastante tiempo que no iba a verlas y, el ambiente de las calles, los sonidos, los olores… todo me revolvió por dentro y me hizo volver a aquellos tiempos en los que era un chavalín y salía a ver cofradías con mis amigos. Como por arte de magia volvieron con intensidad a mi corazón infinidad de momentos, rostros y detalles de aquella época en la que yo no sabía nada de casi nada…

Después descubrí el sentido de estos días, empecé a participar de las pascuas juveniles y ese nuevo horizonte que se abría ante mis ojos fue dejando atrás aquella costumbre.

Este año, de nuevo, marcho con un grupillo de jóvenes para celebrar la Resurrección  junto a las hermanas en un monasterio. Empezamos mañana y he pasado toda la tarde ultimando los detalles para el viaje y la experiencia. Mientras intercambiaba mensajes con el resto de participantes, concretando horas y lugares, junto a la ilusión de lo que está por venir, también se me ha despertado, otra vez, la nostalgia.

Son es de extrañar: son muchos años ya, festejando en estos días la Vida; tantos hermanos y hermanas; montones de ilusiones, aprendizajes, fe, descubrimientos y pasión… No creo que estos ataques de sensibilidad que me están asaltando sean fruto de la casualidad. Estos días centrales de la fe, son muy especiales para todo  eso…

Con frecuencia se nos impone la dureza de la cruz, la fuerza del sepulcro… son experiencias que nos sobrecogen y con razón… pero no podemos olvidarnos de lo más importante, de aquello que da razón,  ilumina y cristianiza esos momentos: ante todo, en estos días, estamos celebrando la potencia del AMOR, de la intimidad de Dios con nosotros que, sin merecerlo en absoluto, hemos recibido… así que debe ser  normal que uno tenga derretido el corazón ¿no?

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