martes, 5 de marzo de 2013

4 de marzo. CANCIÓN

 
Mi hermano, el párroco, es un hombre dotado de muchas virtudes. Una de ellas es lo atento que es, la forma en la que se ocupa y mima cada detalle de lo que hace y en las relaciones con las personas que quiere.
Será porque yo soy tan desastre con todo que me admira mucho esa cualidad suya.
El caso es que, una de esas atenciones que acostumbra a tener, consiste en que cada domingo confecciona una hojita para la parroquia. En ella, además de las lecturas correspondientes y el debido comentario a las mismas, recoge varios poemas que hagan alusión a esa Palabra.
Normalmente vuelan, claro, pero hoy me he encontrado una en un banco. Mientras esperaba a que los fieles se marcharan para cerrar la Iglesia, la he leído y rezado.
Me ha llenado particularmente  esta “canción” que es lo que esta noche quisiera compartir con vosotros. ¡Espero que os guste!

 
 
Canción ( De Emilio Prados)

No es lo que está roto, no,
el agua que el vaso tiene:
lo que está roto es el vaso
y, el agua, al suelo se vierte.

No es lo que está roto, no
la luz que sujeta al día:
lo que está roto es el tiempo
y en la sombra se desliza.

No es lo que está roto, no
la sangre que te levanta:
lo que está roto es tu cuerpo
y en el sueño te derramas.

No es lo que está roto, no,
la caja del pensamiento:
lo que está roto es la idea
que la lleva a lo soberbio.

No es lo que está roto Dios,
ni el campo que Él ha creado:
lo que está roto es el hombre
que no ve a Dios en su campo.

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