miércoles, 18 de abril de 2012

17 de abril. LA CADENA QUE LIBERA

Al final de la jornada, me acercaba a casa de mis padres, para estar con ellos un ratillo. Por el camino, me he encontrado a una señora que, aunque muy fugazmente,  me hablaba de cómo había descubierto a Dios como Padre; que ahora se daba cuenta de cómo Él había estado con ella a lo largo de todos los años de su vida, haciéndola capaz… pero que aún debía luchar por liberarse del miedo que, de niña, le inculcaron hacia Dios.

He seguido caminando y pensando en cómo es posible que aún queden personas que vivan su fe desde ese miedo (que es distinto que el temor; el estremecerse ante el misterio y la grandeza de su amor); esclavas de esa imagen del Dios castigador que los persigue para pillarlos en un error…

Un rato después, gracias a esos rencuentros que propicia el Facebook, compartía con mi madre un precioso momento de nostalgia, recordando todo lo que vivimos de niños en nuestra vieja parroquia de Madrid.

Me doy cuenta de que allí, el párroco, con aquellos catequistas, esos monitores de campamentos, los amigos… mi alma quedó marcada para siempre.

Fueron ellos los que me enseñaron lo que era la Iglesia, lo que podía ser…en sus locales se completó el legado de mi familia, descubrí la cara cercana y bondadosa de mi Dios.

Desde entonces, nunca me ha faltado la sed, el deseo de conocer y estar, cada vez, más cerca de Él. Hace muchos años que no veo a la mayoría de ellos, pero el legado de aquella parroquia sigue vivo. Probablemente no lo sepan, pero el tiempo y la ilusión que ellos me ofrecieron hace montones de años, son una pieza clave de la felicidad que vivo hoy.

Mientras escribo, pienso en la mágica forma en que todos estamos vinculados en Dios, por encima del tiempo y el espacio. Es como si cada uno de nosotros fuese un eslabón conectado a otra infinidad de elementos y nuestras acciones, nuestros gestos de generosidad y desinterés, tienen mutuas y múltiples repercusiones… aunque, probablemente, nunca lleguemos a ser conscientes de todo eso que nos damos unos a otros.

Esa es mi oración esta noche, esa idea ilumina mi futuro, alienta mi trabajo y la entrega que intento hacer realidad.

1 comentario:

  1. Hola, de vez en cuando te visito y me encantan tus reflexiones...tus dibujos son tuyos?
    Muchas bendiciones en Cristo

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