La vida de un sacerdote está plagada
de satisfacciones, tantas como jamás pude imaginar…pero es obvio que también
son muchas las dificultades con las que uno se tropieza.
Seguramente, la mayoría de la gente pensará que, de esas complicaciones,
las más grandes proceden de nuestros votos; o de las situaciones de dolor que
se te suelen presentar… pero en mi caso no es así; a mí lo que se me hace más
difícil es otra cosa.
Este curso he estado sufriendo mucho con uno de los muchos grupos a los que
acompaño: han tenido muchos enfrentamientos y divisiones; se han escindido en
dos facciones, ambas igual de responsables, las dos se han dejado llevar por el
orgullo y no han dejado de presentar problemas y de hacerse daño. Yo he tratado
de mediar, de que dialoguen, piensen con humildad y perdonen… pero me temo que
no ha servido de nada.
Este tipo de situaciones (cuando gentes que han tomado una opción por el
Evangelio, que tienen experiencia de Dios; se comportan de forma tan alejada de
lo que creen… cuando la soberbia, las visiones egocéntricas y la incapacidad de
hablar parecen ser las más fuertes, las que se llevan el gato al agua… ) son
las que me cuestan más. Supongo que ese es el auténtico “escándalo”… me hace dudar;
me surgen preguntas sobre si merece la pena lo que vivo y me asalta la
tentación de tirar la toalla y pasar de todo…
Sé que es inevitable que surjan conflictos entre las personas, yo mismo he
tenido que afrontar infinidad de ellos. Pero sé también que hay formas de
solucionarlo; de trabajarse a uno mismo para resolverlo todo de una forma
adulta y coherente con nuestra fe.
Hoy, las lecturas de la eucaristía me han hecho pensar en todo esto; en la
nueva existencia que Dios nos ofrece; en el alimentarnos auténticamente con el
pan de vida; en el dejarnos renovar y abandonar la vieja forma de ser… una
oferta que no deja nunca de estar ahí; un banquete de plenitud y felicidad al que estamos invitados; que espera
ansiosamente que dejemos de conformarnos
con unas pobres migajas y lo aceptemos de una vez y para siempre DE
VERDAD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario