martes, 12 de junio de 2012

12 de junio. REINICIARSE


Es curioso pero, en el momento en que empiezo a “despejar la mesa” de trabajos pendientes, empiezan a aparecer más encarguitos que, de nuevo, ocupan el escritorio.

Esta vida nuestra no se detiene  nunca, cuando uno  piensa que está acabando con algo, que ya tiene resueltos o al menos afrontados todos los asuntos pendientes, aparecen historias nuevas, trabajos inesperados o más asuntos que requieren tu atención…

El raudal de la vida no se agota mientras nosotros permanezcamos atentos, abiertos a lo que ocurre a nuestro alrededor. Cristo está a la puerta; en la nuestra, y no se cansa de llamar.

Da golpes en nuestra entrada desde las vidas de nuestras familias; hermanos de comunidad; amigos compañeros… nos reclama en cada situación complicada y cada alegría con la que nos encontramos; en la calle, en el periódico… ninguno de nosotros, sea cual sea nuestra edad o circunstancias, puede decir que no oye ese clamor… puede que no le hagamos caso, pero estoy seguro de que todos lo percibimos.

Es más, son tantas las voces desde las que el Señor nos reclama que uno puede llegar a pensar que no sabe por dónde empezar, como cuando tenemos que ordenar muchos trabajos acumulados o uno sólo pero muy grande. 



¿Por dónde comenzar? ¿Cómo hacerlo? ¿sabré? Puf! Lo que voy a tardar y lo que me va a costar!

Esas son las preguntas que me brotan cuando miro mi mesa, toda llena de libros y de encargos; o cuando pienso en esa tesis que aún tengo en pañales…pero también sé que muchas otras veces tuve la misma sensación, que pudieron pasar varios días en los que estuve bloqueado ante la envergadura de lo que se me presentaba… hasta que un buen día lo afronté y arranqué con poca cosa, paso a paso,  hasta que lo que tanto me imponía estuvo hecho y cumplido.

Somos sal y luz de este mundo y Dios necesita de nuestro sabor y claridad. Es sólo cuestión de empezar por algún sitio porque, una vez que arrancamos, la vida se pone en marcha, su dinamismo nos envuelve; una cosa nos lleva a la siguiente y, poco a poco, vamos aprendiendo a ser constructores del nuevo Reino.


1 comentario:

  1. Es cierto lo que comentas que Jesús llama a nuestra puerta,a veces me agobio, esta es mi situación en estos momentos, aunque al final me siento feliz y más unida a Jesús.

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