miércoles, 12 de enero de 2011

11 de enero. MAMÁ MARÍA

¡El cumpleaños de mi madre!
De todo lo que hoy me ha pasado (ilusiones que empiezan a cobrar forma gracias a “mis jefes”, lo compartido en varias reuniones, las personas con las que me he encontrado…) lo que más quiero y tengo que destacar es ese acontecimiento. Hace varias docenas de años, tal día como hoy, vino al mundo una mujer extraordinaria, que me lo ha dado todo a mí, a mi padre y a mis hermanos…no puedo más que estar rebosante de alegría y gratitud.

Tengo la inmensa suerte de tener una madre fuera de lo común – ¡y no lo digo porque sea la mía!- que ha tenido que enfrentarse a cosas muy fuertes de la vida y lo ha hecho siempre desde la confianza en Dios.

Capaz de vivir con serenidad y amor los momentos de “desinstalación”, cuando las circunstancias no respondían –de ninguna manera- a lo esperado y proyectado. Con una fe “en abierta evolución”.

Trabajando y luchando como una bestia por nosotros, ayudándonos a crecer y a creer, pero con toda la discreción y sencillez de quien no quiere protagonismos.
Estando incondicionalmente a nuestro lado, contemplando nuestros pasos, nuestras caídas… guardándolas en el corazón.

Mi madre es alegría perenne, sufrimiento entendido, amor y confianza siempre en Dios.

Así que el dibujo de hoy no podía ser otro que el de "la Madre".



Una mujer vestida de círculos, de movimiento; que está dispuesta a caminar, que se sabe peregrina. María, atravesada por la fuerza del Espíritu de Dios, llena del fuego de su amor y que después sigue fluyendo, de la estabilidad que sólo Dios puede dar y expresada por las formas rectas. En ella confluyen también el azul de la paz y la humanidad con el rojo de la pasión y Dios; de esa mezcla surge el niño.

La dulzura maternal, la alegría, la contemplación de esa madre que sostiene a su hijo pero sin retenerlo, que nos lo ofrece, hace que a su alrededor brote la vida a raudales.

María de Nazaret no es esa de las coronas, las joyas y los mantos bordados de oro;  no está en la lejanía ni en la imposibilidad, todo lo contrario, es la madre sencilla, valiente, luchadora, que confía en su Dios, la primera seguidora de su hijo. Por eso, María es modelo  para la Iglesia y para cada uno de nosotros, porque en su fidelidad es un ejemplo asequible para nosotros.  


Así que no es pasión filial, ni ninguna barbaridad el que mi madre me recuerde a mi otra Madre, decir que su vida me ayuda a llegar a Jesucristo. Esta noche le doy gracias al buen Dios por su vida, por sus años, por no haber soltado nunca su mano.

Doy gracias por cada una de esas madres entregadas que, en diferentes lugares del mundo, son testimonio de fe y de amor. Mujeres que, como mi madre, demuestran que es posible -para ti y para mi- seguir el ejemplo de María.

2 comentarios:

  1. Precioso...de verdad... me encanta leerte cada día!!! y Felicidades a tu madre!!! POr cierto... ¿proyectos de VERDAD?????

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  2. GRACIAS MADRE POR ESTAR INCANSABLEMENTE AL LADO DE NOSOTROS TUS HIJOS. ERES LA PERPETUA COMPAÑÍA Y LA SERENA CARICIA. ERES LA SONRISA Y EL CONGOJO. ERES LA ESPERANZA Y LA LUCHA. ERES LO MÁS BONITO QUE ME HA REGALADO DIOS. ESPERO QUE SIENTAS MÍNIMAMENTE LA DEVOLUCIÓN DE CARIÑO, COMPRENSIÓN Y BONDAD QUE SIEMPRE NOS HAS REGALADO PORQUE EL AMOR QUE SENTIMOS HACIA TI ES ENORME. GRACIAS PADRE POR LA MADRE QUE HAS PUESTO EN MI CAMINO.

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