miércoles, 5 de enero de 2011

4 de enero EL AMOR ESTÁ EN TODAS PARTES

Hoy estoy machacado, estos días navideños estaban resultando tranquilitos pero el día de hoy ha roto esa tónica… además, ahora que lo pienso, ha sido extraño.
Por la mañana me he dejado arrastrar por la masa y me he lanzado a la calle a encargar algunos regalos a los reyes (sí, ya sé que soy un desastre y que he esperado al último momento…). Me he pasado varias horas buscando lo que no he encontrado, primero con mi hermana y luego solo. Todo inútil…soy malísimo para elegir regalos, pero no he podido dejar de alucinar con como estaban la calle y las tiendas de gente a pesar de que vivimos tiempos difíciles.

No me gusta pensar que somos inconscientes, prefiero creer que detrás de cada regalillo hay un sentimiento que se quiere expresar; y será por eso que nos preocupamos tanto y hasta nos agobiamos cuando no se nos ocurre o no encontramos nada apropiado para esa persona. A mí por lo menos me pasa eso: no tengo un pavo pero me ilusiona que mi gente tenga un detallito el día 6, es como que todo lo que hagamos o digamos siempre es poco para expresar el amor.


Yo no he encontrado lo que buscaba y ¡mira que era una cosa sencilla! Pero menos mal que unos amigos me han ayudado y la cosa ya está en marcha. De momento no cuento nada más no vaya a ser que lo lea mi familia y ya hemos reventado la sorpresa…

Y tras esa mañana de jaleo, mogollón e ilusiones, otra historia completamente distinta: El dolor de la gente, sus problemas y sufrimientos.

Han coincidido en casa varias personas que necesitaban hablar, algunos con historias tremendas que tienen difícil solución. Aunque es duro, me gusta poder ser yo el que está ahí, a su lado, para intentar acompañar escuchar y buscar salidas con ellos.

Cuando empecé soñaba con poder irme a algún país empobrecido o algún barrio de la periferia para vivir el día a día junto a los más pequeños, las victimas de este mundo. Me imaginaba a mi mismo como una especie de superhéroe desde una visión demasiado “romántica” de la vida.

Ahora Dios me ha puesto aquí, para comprender que el dolor no tiene nada de romántico y que está mucho más presente en la vida de la gente de lo que uno puede pensar cuando se pasea por el centro de la ciudad. No tengo que ir a ninguna parte a buscarlo, llama a mi puerta todos los días y en todas sus vertientes: problemas económicos, de injusticia, marginación, del corazón... y casi siempre me siento tan mudo, tan tonto, tan poca cosa… pero es aquí donde quiero estar, aunque solo sea para eso, para “estar aquí”, con ellos.

Las dos caras de la vida, su realidad. Dos facetas de lo mismo, pero no iguales porque hay una que es mucho más fuerte que la otra. Pienso en lo que los evangelios de la infancia nos transmiten cuando presentan a los pobres José y María sobrecogidos por la maravilla que Dios había hecho, ante el nacimiento de su hijo, el reconocimiento de las gentes y, al mismo tiempo, desprotegidos, olvidados, perseguidos, emigrantes…¡felices!

El dibujo de hoy expresa las conclusiones de días como hoy y creo que no necesita mucha más explicación.




Estoy muy cansado y sin regalos de reyes… ¡mañana lo volveré a intentar!

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