jueves, 3 de marzo de 2016

GETSEMANÍ INTERIOR


 
Llegados al lugar llamado Getsemaní, dijo a sus discípulos: -Sentaos aquí mientras yo voy a orar.
Tomó con él a Pedro, Santiago y Juan y empezó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: -Siento una tristeza mortal; quedaos aquí velando. Se adelantó un poco, se postró en tierra y oraba que, si era posible, se alejara de él aquella hora.  
Decía: -Abba, Padre, tú lo puedes todo, aparta de mí esta copa. Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Volvió, y los encontró dormidos.
(Mc. 14, 32-37)
Y los encontró dormidos, en el momento más difícil de su vida, los amigos se durmieron… el sufrimiento de aquella hora se vistió, además de soledad.
Todos, detrás de nuestras sonrisas y fachadas tenemos un Getsemaní, un dolor, una preocupación que vivimos sin comunicar.
 
Muchos siguen hoy descubriendo que la mayoría “duerme” ante su dolor….
Sin embargo ni Él, ni tú, ni yo y mucho menos ellos, estamos nunca solos.
 
 
 
 
 

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