martes, 20 de diciembre de 2011

20 de diciembre. GENTE ROTA

Al fin he terminado mis cursos en Salamanca… vuelvo satisfecho y contento, aunque, confieso, que también me da pena pensar que, por el momento, ya no visitaré semanalmente ese convento que tan bien me ha tratado durante estos meses.

Es lo que tiene la itinerancia: llegas a un lugar, conoces  a la gente, te encariñas, echas tus raíces y luego, debes marchar a otros sitios y personas. Es un servicio, lo haces por la vida, por amor… pero también se te parte un poquito el corazón.

Precisamente sobre eso trataba, entre otras cosas, la asignatura que hoy acababa, sobre la “Kénosis” de Cristo (un Dios que no hace alarde de su categoría divina, sino que por amor, se despoja de ella y se uno de los nuestros, aún más nuestro servidor). Un vaciamiento, una renuncia, un romperse, que también está presente Dios padre y  en toda la creación.

Hoy quiero poner en nuestro Belén a toda esa gente que se rompe, que se agrieta por amor, para dar vida; también a los que, sin quererlo, ha roto la dureza del camino… de eso que, a primera vista, puede parecer una desgracia, también puede brotar el sentido y la plenitud.

El arrancarse los fardos que nos parasitan, el anteponer al otro, la capacidad de optar desde la generosidad y el desinterés; el total abandono del orgullo, del rencor…indispensables para poder acoger al Amor que nace y llenarse de Él.






“Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que llevaba sobre los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino que tenía que recorrer a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.



Durante dos años esto fue así, desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de su trabajo.



Así que la tinaja quebrada habló al aguador diciéndole: “Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.



El aguador apesadumbrado, le dijo compasivo: “Cuando regresemos a la casa quiero que te fijes en las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo la tinaja, y vio muchísimas flores hermosas a lo largo del trayecto, ero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.



El aguador le dijo entonces “¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos no hubiera sido posible crear esta belleza”.

2 comentarios:

  1. Buscando una historia para mi clase de español encontré esta en algun sitio pero como queria ilustrarla, buscando he dado con tu blog. Mil gracias por compartir esta linda ilustración! la he tomado para dar a conocer esta historia a un chico de 14 años a quien ayudo con su aprendizaje de este idioma. otra vez gracias!
    que tengas un nuevo año lleno de cosas buenas!

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  2. Buscando una historia para mi clase de español encontré esta en algun sitio pero como queria ilustrarla, buscando he dado con tu blog. Mil gracias por compartir esta linda ilustración! la he tomado para dar a conocer esta historia a un chico de 14 años a quien ayudo con su aprendizaje de este idioma. otra vez gracias!
    que tengas un nuevo año lleno de cosas buenas!

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