jueves, 28 de abril de 2011

27 de abril. SÉ FIEL A LA VERDAD

Esta tarde hemos visitado a las monjas que, una vez más, nos han regalado un rato precioso de alegría y fraternidad sincera. Mi veterano hermano, aunque lleva muchos años oyéndonos maravillas de ellas a todos los frailes jóvenes,  se ha quedado muy gratamente impresionado.
Al volver, en el coche, yo le hablaba de lo que ellas son para mí, del bien que me hacen, de cómo me llenan el alma y me iluminan en el cansancio; de la forma en que me calman las heridas con su sonrisa de paz y me mantienen en un corazón de carne. Le decía también que, aunque son una prioridad para mi e intento estar disponible para ellas al cien por cien, con la vida que llevo no puedo ir a visitarlas todo lo que quisiera…
Y entonces llegó el comienzo de lo que sería la lección del día: “¡Hijo mío! Pues agárrate a ellas, que tienes el privilegio de tenerlas”
Verdaderamente, esa es la lógica más evidente, pero la que siempre se me olvida… probablemente a casi todos. Nos dejamos enredar por las demandas de la vida, por sus urgencias e imprevistos, por la prisa; lo hacemos de tal manera que acabamos descuidando lo principal, lo que nos llena, mantiene y da sentido: las personas importantes, los momentos de paz, Dios…
Hace poco, a última hora, mantenía otra conversación que ha sido el broche de oro para este recordatorio del miércoles. Hablábamos de las expectativas que los otros vuelcan sobre nosotros; de las exigencias de las instituciones; de las trampas que el propio ego nos tiende de cara al futuro; concluíamos que lo fundamental es mantenerse fiel a Dios. Si lo que Él nos pide coincide con el resto de las cosas, estupendo… pero lo cierto es que no suele ser así. La realidad es que el objetivo de toda nuestra vida es mantenerse fiel a la Verdad: a la propia, a la del ser humano y a la de Dios.


VERITAS es uno de los lemas de la Orden. La verdad no se posee, se busca, y esa labor se hace por etapas; no podemos pretender tener amarrado todo el itinerario, porque Dios siempre es más grande que nosotros y, de ninguna manera, podemos saber cuál es la meta de este viaje en el que andamos embarcados.
La verdad se busca paso a paso, contemplando, haciendo discernimiento de la voluntad del Señor en cada momento. Cuando se tiene una certeza de lo que nos ofrece en cada etapa, toca apostar, lanzarse y darlo todo, crecer y disfrutar hasta que llegue la hora de dar el siguiente “estirón”… casi siempre por la vía más insospechada.
Una canción que me gusta mucho habla de esa fidelidad, a lo importante y a los importantes… ese es el reto que hoy la vida me regala. Espero ser capaz de responder a él, que mañana, cuando me levante no se me olvide; que cada noche al acostarme haya sido, por lo menos, un poquito más fiel.

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